—Son mucho mejores que yo, sin duda. ¿Cómo podría vencer a alguien que ni siquiera C pudo derrotar? Acepto mi derrota con gracia. —Lu Ming no reclamaba descaradamente ser la persona más guapa de Imperio Negro.
Reconocía su buena apariencia, pero comparada con la cara de Fu Hanchuan, la suya palidecía a un grado inmensurable.
Maldita sea, incluso siendo hombre, sentía envidia.
Si fuera mujer, quizá ya se habría lanzado a los brazos de Fu.
Los hackers vieron el mensaje de Lu Ming y no pudieron evitar estallar en risas.
Una cadena de "jajajas" se desplazaba por la pantalla de la computadora.
—Finalmente, estás empezando a darte cuenta de tu lugar, guapo. —Ding Ding Dang Dang.
—Guapo, ya era hora de que encontraras tu posición adecuada. —Amo yy.
—Conocer tu lugar es algo bueno, Guapo. Así, no te avergonzarás más. —Perro.