La Verdad

El rostro del padre de Huang estaba ceniciento, temblando de ira.

Sin embargo, esta furia no estaba dirigida a Jiang Wangya, sino a sí mismo.

En el video, se le veía apoyando a Jiang Wangya mientras cuestionaba a Huang Xiaoyan, quien afirmaba obstinadamente que él no tenía derecho a ser su padre.

El padre de Huang había estado consumido por la ira en ese momento.

Siempre había creído que había sido un padre ejemplar, proporcionando a Huang Xiaoyan los mejores confortes materiales y contratando a Jiang Wangya para cuidar de ella.

En retrospectiva, se sentía una vez más decepcionado de Huang Xiaoyan.

Ahora, ansiaba retroceder el tiempo, abofetearse por la tontería que había cometido.

¿Qué clase de imbécil había sido?

Ayudando a un extraño mientras regañaba a su propia sangre.

Reflexionar sobre las repetidas acusaciones de Huang Xiaoyan lo llenaba de culpa profunda.

Realmente no tenía derecho a ser llamado su padre.