Entrega del Examen

Mientras continuaban entregando los exámenes, el profesor supervisor se volvía cada vez más insensible.

No era sorpresa que un estudiante capaz de romper récords históricos en competencias de matemática y obtener puntajes casi perfectos tuviera tal destreza; él creía que entendía las capacidades de Qin Sheng.

Sin embargo, le sorprendió lo extraordinariamente hábil que era en realidad.

—Solo miren esa velocidad —¿es acaso humana? Ni siquiera copiando respuestas se lograría tal rapidez.

Si no fuera consciente de las habilidades de Qin Sheng, podría haber sospechado que simplemente estaba adivinando.

El vigilante regresó al podio, prefiriendo no rondar alrededor de Qin Sheng por más tiempo.

Prefería ahorrarse la vergüenza.

—¡Como profesor, no podía soportar ser eclipsado por un estudiante!

Con un sinfín de preguntas por resolver, Qin Sheng tardó cuarenta minutos en completar su examen. Tras una breve revisión, cubrió su hoja de respuestas y apoyó su cabeza en el escritorio.