El tacaño Fu Hanchuan

Al escuchar esto, Shen Jiayue lanzó una mirada de disgusto a Meng Fangfei.

—¿No estabas leyendo? Si realmente estabas concentrada en tu libro, ¿podríamos haberte distraído?

Meng Fangfei, reprendida por el comentario de Shen Jiayue, bajó la mirada, sin atreverse a hablar más.

Qin Sheng regresó a su cama, se puso los auriculares, su mente ocupada en la contemplación.

Parecía que había llegado el momento de solicitar un dormitorio separado al director.

Nunca había anticipado que vivir con otros en un dormitorio compartido llevaría a tantas complicaciones.

Shen Jiayue cruzó los brazos, observando a Qin Sheng desde la distancia mientras yacía en su cama.

Se inclinó hacia Zhao Xiang e inquirió, —¿Cuándo harás que tu padre expulse a Qin Sheng?