Gao Yongliang colocó ambas manos sobre el atril y habló con una expresión severa:
—Ustedes son estudiantes de la Universidad Capital Imperial, y aquellos que han llegado hasta aquí son talentos destacados de todos los rincones del país. Espero que no estén aquí solo para pasar el tiempo. Durante estos cuatro años, todos ustedes deben lograr algo sustancial.
—Además, después de esta lección, muchos de ustedes quizá no me vuelvan a ver este año. No estaré enseñando. Si necesitan algo, pueden contactar al consejero académico, pero no dejaré mi número.
Los estudiantes en la clase escuchaban atentamente. No había otra opción—Gao Yongliang era demasiado serio como para relajarse.