Tan Viciosa

Su Shen se giró y vio a Gu Zi lucir inquieta.

La consoló, diciendo:

—Las cosas no pueden apresurarse. No te preocupes. Estoy aquí para ti.

Gu Zi asintió y respondió:

—Entiendo.

Sin embargo, no podía comprender por qué Chu Xi estaba tan obsesionada con la familia Su.

Ella había tomado claramente tantas cosas que no debería, pero no sabía cómo contenerse. No parecía temer ninguna consecuencia potencial.

Se hizo evidente para Gu Zi que Chu Xi era una bomba de tiempo aún más difícil de manejar de lo que inicialmente se pensaba.

Su Shen vio que aún estaba preocupada y no intentó consolarla más. Este asunto era de hecho desconcertante.

Su Shen le pidió que cuidara del niño, por lo que él cocinaría para ella hoy.

Gu Zi lo miró al oír eso. —¿Cómo vas a cocinar estando herido así?