Protegiéndola

La anciana coincidió con él en sus pensamientos, contemplando cómo sacar primero a su nuera y luego tratar con ella cuando regresara.

—Su Shen, Chu Xi como mucho es solo un poco demasiado codiciosa por dinero. Nunca haría algo tan atroz como envenenar a alguien. Debe haber un malentendido. ¡Tal vez alguien la utilizó! —dijo ella.

Después de terminar de hablar, lanzó una mirada feroz a Gu Zi, insinuando que Gu Zi tenía intenciones nefastas, queriendo dañar a los niños a través de un intermediario.

—La policía descubrirá la verdad, y yo cumpliré con mi deber. Recuperaré todo el dinero que Chu Xi robó y que no era parte de su salario —replicó Su Shen con severidad, protegiendo a Gu Zi detrás de él.

Gu Zi no pudo evitar querer aplaudir. La forma en que este hombre defendía a ella y a su familia era increíblemente impresionante.

—¡Su Shen, por qué tienes que hacer esto?! Mira a tu hijo. Está perfectamente bien —exclamó la anciana, golpeando sus pies irracionalmente.