Una Oportunidad

Su Jing lo vio mirando fijamente a la manzana y sonrió tímidamente, revelando sus grandes dientes frontales.

Ella pensaba que su peinado de hoy era deslumbrante y giró con confianza frente a él.

—Hermano Hai, no me mires así, ¡me da vergüenza! —dijo.

Tian Hai encontraba a esta mujer sin cerebro y poco interesante. Había perdido el interés en ella hace tiempo.

Rodó los ojos en su mente, pero considerando la riqueza de la familia Su, trató de esconder su desprecio.

A regañadientes puso una expresión de admiración. Su actuación era obviamente mala, pero engañó perfectamente a Su Jing.

—Cariño, ¡eres la mujer más hermosa a mis ojos! —exclamó.

Tian Hai era de estatura promedio, y sus rasgos eran decentes.

Con su vestimenta llamativa, atraía muchas miradas cada vez que salía.

Pero su mirada estaba apagada, y las pesadas ojeras le hacían parecer aburrido y poco impresionante.

Cualquier mujer con un poco de perspicacia no estaría interesada en tal hombre.