Me estás provocando otra vez

Mo Li podía recordar vívidamente la gama de emociones que pasaron por los ojos de Gong Zhan mientras la miraba fijamente. Su expresión transitó desde el fervor a la frialdad, desde la satisfacción hasta la decepción.

Sin embargo, Gong Zhan rápidamente discernió que la persona acunada en sus brazos no era la mujer por la que había estado anhelando—Gu Zi. Era su secretaria, Mo Li. Él suavemente soltó su agarre de su cintura y se despertó de su ensueño. Gu Zi ahora era una mujer casada, ya no parte de su vida.

Sin embargo, la educación y la compostura de Gong Zhan le prohibían perder la calma o sucumbir a la ira. Le ofreció una cortés disculpa a Mo Li y decidió continuar como si nada inapropiado hubiera ocurrido.

Mo Li, también, reaccionó rápidamente. Ella fingió convicción en el incomparable encanto de Gong Zhan y estaba dispuesta a soportar la humillación en nombre del amor. Presentó sus disculpas y prontamente se retiró de la escena.