La unidad por encima de todo lo demás

Los padres de Gu Zi presidían el banquete con gracia, aunque no podían evitar ignorar los comentarios susurrados que circulaban entre sus invitados. Sin embargo, al intercambiar miradas, acordaron en silencio no dejar que les afectara.

Era inevitable que la envidia se agitara entre los que estaban a su alrededor, al ver a su familia prosperar con un yerno admirable. Las palabras aparentemente inocuas llevaban un tono de provocación, quizás inadvertido por sus hablantes.

No obstante, los Lin no eran ingenuos. Si bien no podían controlar las palabras de otros, ciertamente podían elegir no escucharlas.

Mientras tanto, Su Shen, incluso ocupado con su extensa granja de cerdos, mantenía un gran interés en los asuntos de la familia Lin.

Ellos, como los involucrados, observaban todo lo que se desarrollaba ante ellos con un ojo perspicaz, naturalmente impervios a los intentos de otros de sembrar discordia. En la vida de una familia, la unidad importaba por encima de todo.