Cortando en la fila

Al escuchar estas palabras, un escalofrío recorrió la espalda de Jin Long. Aunque podía tomar medicina para el mareo y conducir, solo podía hacerlo ocasionalmente.

Conducir después de consumir frecuentemente medicina para el mareo, aunque no le hiciera vomitar, le haría sentir el pecho como si estuviera presionado por una gran piedra, haciéndole difícil respirar.

Para otros, conducir un camión podría ser un buen trabajo, pero para Jin Long era nada menos que tortura.

Jin Long rápidamente agitó la mano y dijo con una sonrisa radiante, —¿Qué hay que discutir? Aún no he lavado el corral de los cerdos. Jefe Su, primero descanse, ¡yo iré a lavar el corral de los cerdos!

Con un «bang», la puerta se cerró. Su Shen sacudió la cabeza con diversión, su mirada regresó a los documentos sobre la mesa, pero sus pensamientos volvieron a la mañana.

Sus pechos redondos y blancos, enrojecidos como dos melocotones maduros bajo sus manos.