Viniendo Sin Invitación

Tía Wang habló con un tono de desdén:

—Deja de fingir que eres rico. No importa cuán auténticas puedan parecer tus imitaciones, sigues siendo un campesino. No tienes sentido de la propiedad, viniendo a un banquete de bodas sin regalo. ¿Cómo puedes tener el descaro?

Tía Wang y su esposo intercambiaron una mirada cómplice, sus rostros adornados con una sonrisa de desprecio que sugería que veían a través de todo. Sospechaban que la pareja, Gu Zi, había gastado todo su dinero en sus atuendos para salvar las apariencias, dejándolos sin nada para comprar un regalo. La idea les divertía enormemente.

No podían entender por qué Gu Shan y Zhang Mei invitarían a tal gente al banquete. Estos campesinos simplemente no encajaban en una ocasión así. Tía Wang estaba a punto de expresar sus pensamientos cuando su esposo la detuvo.