Su Shen la miró, sus ojos llenos de indulgencia. Encontraba su petulancia de hoy bastante divertida, ya que sugería que ella no era completamente indiferente a él.
Gu Zi se mordió el labio, replicando perezosamente, —Seguro, creeré lo que sea que digas. Pero, ¿y si ella viene a ti usando el último deseo de su padre como excusa? ¿Qué harás entonces?
Su Shen respondió, —Le he dado una oportunidad. Ya estamos en el pasado. Eres mi esposa y te presentaré a ella.
Gu Zi se mofó, —Oh, entonces realmente has considerado la posibilidad de que ella vuelva a molestarte. Sr. Su, eres todo un romántico, ¿verdad?
Su Shen estaba sin remedio. Esta mujer, al parecer, había estado esperando que dijera esto. Ella era bastante irracional, pero ¿por qué le parecía eso tan encantador? En verdad, quería decirle que Hu Jie parecía tener intenciones de volver a molestarlo, pero decidió no hacerlo. Los celos de esta mujer lo ahogarían.