Al salir, Su Shen sostenía el paraguas, protegiendo cuidadosamente a Gu Zi bajo su cobertura protectora hasta que ella estuviera cómodamente sentada en el asiento del pasajero.
Gu Zi no estaba muy maquillada ese día. Su cara y manos estaban ligeramente untadas con una crema de protección contra radiación. Iba vestida sencillamente, un top sin mangas combinado con un cárdigan de punto, pantalones casuales y zapatos planos. No llevaba joyas, su apariencia era discreta pero elegante.
Aun así, su belleza era innegable. Sus rasgos radiantes la hacían tan llamativa como una rosa en plena floración.
Justo en ese momento, la señora Wang pasaba por la casa de Su con su hijo Yuan Yuan y algunas otras mujeres. A través de la ventana del coche, vislumbraron el perfil de Gu Zi, una visión que despertó sentimientos de envidia y celos.