Sus ojos eran hermosos, claros y húmedos, pero contenían un inconfundible toque de sarcasmo. No había alegría, ni emoción, ni siquiera un atisbo de emoción. Era como si realmente no quisiera interactuar con él. ¿Por qué era eso?
Él había notado que Gu Zi era diferente de la Gu Zi que solía conocer. Gong Zhan lo encontraba difícil de aceptar. Ella no era como antes. Ya no lo priorizaba en todo. En su corazón ahora, Gong Zhan era simplemente un extraño.
La Gu Zi que solía reírse por él, sentirse triste por él, perderse por él, e incluso hacer una escena por él, parecía haberse ido para siempre. En ese momento, Gong Zhan sintió como si hubiera perdido algo muy importante, dejando un agujero enorme en su corazón.
Pero fue solo un momento fugaz. Gong Zhan se recuperó rápidamente, diciéndose a sí mismo que no era nada, que en realidad nunca le había gustado Gu Zi.
Él dirigió la conversación de nuevo al asunto de Lin Miao, preguntando calmadamente: