Lin Cheng se rió, sus ojos revelaban una mirada simple y honesta que lo hacía parecer algo entrañable. —Papá dice que es un hedonista. Se siente incómodo quedándose en el hospital. Dejémoslo venir a casa y recuperarse. Estará más tranquilo aquí —sugirió.
Gu Zi asintió en acuerdo. Volviéndose hacia Su Shen, propuso:
—¿Vamos todos juntos mañana? —Gu Zi buscaba su consentimiento, no por temor a su desacuerdo, sino por respeto hacia él como su esposo.
Su Shen miró a Gu Zi, su mirada inusualmente cálida. —Vayamos temprano mañana. Dejaré a nuestros hijos en la escuela y luego los llevaré a todos al hospital —sugirió.
Lin Cheng y Li Hua intercambiaron miradas, preguntándose si esto podría ser demasiado problema para Su Shen. Después de todo, solo vinieron para pedir permiso, pero se había convertido en un viaje al hospital para recoger a su padre. Parecía un poco demasiado pedirle a la joven pareja que hiciera el viaje.