Al enterarse de que Roland se marchaba, Vivian tuvo la idea de proponerle que lo siguiera.
Pero pensándolo mejor, tanto la Torre Mágica como la mansión tenían que ser supervisadas, y dado que Roland le había encomendado una misión tan importante, significaba que ella era alguien en quien él podía confiar.
Pensando eso, Vivian se sintió mucho más feliz.
—En caso de que alguien te trate mal, Ámbar Blanco se quedará contigo para protegerte y ayudarte. Además, puedes hablar conmigo a larga distancia con la habilidad de comunicación mental de la mascota. Si pasa algo, solo dímelo y trataré de regresar lo antes posible.
Vivian asintió, indicando que lo había entendido.
Era cierto que la gente difícilmente seguiría sus instrucciones si estuviera sola, pero las cosas serían diferentes si tuviera un Ámbar Blanco.