La vida de un mago tradicional podía ser muy aburrida, especialmente alguien como Roland.
Lo que hacía las 24 horas del día era la interminable repetición de inferir datos mágicos, experimentar, cargar el «sistema solar», recuperar su maná con la Afluencia de Poder Mágico y confirmar los datos mágicos cuando tenía tiempo libre.
Sin embargo, esa vida solo era aburrida para ciertas personas.
Aquellos que no disfrutaban de la magia considerarían esta vida monótona y poco emocionante, pero Roland no podía disfrutarla más.
Actualizar los datos mágicos, levantar lentamente la falda de la Diosa de la Magia y adentrarse en el conocimiento prohibido de la magia era su mayor alegría.
El mayor sentido de logro venía cuando corregía errores o actualizaba su conocimiento haciendo experimentos con su conocimiento mágico actual.
En estos días, Roland observaba el «sistema solar» siempre que tenía tiempo.