Una inmensa presión envolvía el vasto espacio justo ante el Palacio de Nueve Nubes. Jin Chengfeng miraba con ojos fríos la silueta frente a él. No era sólo su temperamento personal lo que había llevado al evento a suceder en ese momento. Después de todo, él era la cabeza de su clan, y era un hecho que tal figura nunca se habría basado únicamente en sus preferencias personales al tomar decisiones.
Si no hubiera habido otras situaciones, sacrificar a uno de sus nietos no habría sido una decisión que él habría sido incapaz de tomar. Sin embargo, lo que estaba ocurriendo ante todos ellos no era algo que pudiera resolverse solo con el sacrificio de una persona.