—Madre, padre —Lirio sonrió al ver a sus padres de pie un poco lejos de la multitud inicial. También vio al padre de Jacob de pie con dos personas de su gremio.
—Hola, tío y tía —Natalia sonrió mientras les saludaba con la mano.
—Puedo ver que ustedes dos han progresado mucho, desde su comportamiento hasta la manera de caminar hasta la luz de sus ojos, jajaja. Buen trabajo, chicas —el padre de Lirio, Dagon Darkwood, dijo con una carcajada alegre.
La madre de Lirio, Sabrina, sonrió suavemente, —Bienvenidas de vuelta. Vamos, he preparado un banquete en celebración.
—Mmm, pero antes de eso, quiero hablar de algo —dijo Lirio mientras miraba a los ojos de sus padres.
Dagon y Sabrina parpadearon. Sabían qué significaba esa mirada de su hija. Era algo serio y prioritario.
—Bueno entonces, volvamos a casa.
Mientras el grupo se marchaba, el padre de Jacob caminaba de un lado para otro ya que incluso después de cinco minutos, Jacob aún no había llegado.