La Leyenda se Despliega Leyenda

—Cayendo Valithar, el Gobernante de la Noche,

la espada de Almond se convirtió en la plaga de la ciudad.

Su espada, una vez oculta, ahora un rugido de dragón,

con astucia de víbora – letal hasta el núcleo.

Paciencia enrollada como una trampa de depredador,

esperando, observando, con una mirada de hierro.

Pero cuando llegó el golpe, oh, fue fuego,

¡una tormenta cegadora, caos para inspirar!

A través de calles empapadas de carmesí y miedo,

Almond caminó donde ninguno se atrevería.

Los débiles se inclinaron, los fuertes encontraron la muerte,

cada victoria coronada con un susurro:

—No es una rata, sino un rey sombrío,

¡una hoja que corta todo!

Sin embargo, el trono de Reyes no fue su final,

¡porque aún más alto ascendería su voluntad!

El Emperador se cernía, profundo en la piedra,

Abysslam, la bestia que reclamó el trono.

Almond afinó su espada con un brillo mortal,

afilado por sangre, por sombra, por sueño.

Su voluntad inquebrantable, su furia una marea,