—¡Esta vez, activaremos la estatua del dios guardián enseguida! —gritó el nuevo líder de la Tribu Hawkfrey y sacó la estatua del tamaño de una palma de un águila majestuosa.
Mientras tanto, Lirio, Natalia, Rompedores Sombríos y otros rankers de oro se reunieron fuera de la tribu junto con los guerreros, mirando al ejército que se aproximaba.
—¡Mierda, tres barcos?!
—Parecen muy diferentes entre sí…
—¡No me digan que los otros tres mundos están colaborando juntos en contra nuestra?!
—¡Mierda!
—¡Necesitamos a Almond aquí cuanto antes!
—Está en camino.
…
—Mierda —Almond maldijo, sus palabras haciendo que los guerreros de piel naturalmente acorazada con narices largas como armadillos temblaran.
Algunos guerreros yacían muertos cerca y su jefe de tribu también estaba muerto.
Estaba justo a mitad de su discurso cuando recibió el mensaje de Sylvia.