—Tendremos que usar algunos objetos entonces, pero ¿realmente necesitamos ir allí? Morirán por su cuenta sin problema.
—No, tenemos que ir. Nos quedaremos detrás de ellos y confirmaremos su muerte antes de retirarnos —dijo Brian con una voz final, indicando que no quería más objeciones.
Y así, Brian llevó a su grupo hacia el frente.
Justo cuando se posicionaron a cien metros detrás del grupo de Almond, un fuerte chillido resonó y se materializó en fuerza mientras todos veían una ancha y punzante ola de energía con ojos viniendo hacia ellos como una onda de choque.
Algunos Reyes Inmortales hicieron un movimiento, creando una amplia barrera para detener esta onda de choque de un enemigo Rey Griminion.
El horizonte se oscureció pero también se iluminó de colores cuando llegó la primera ola de la Marea de Grimniones.
—Maldición.
—Estoy sudando como un cerdo.
—Podríamos morir solo por sus ondas de choque…