Almond y Lirio llegaron a la Academia, en las grandes llanuras verdes donde diversos edificios de naturaleza exótica y estructuras se encontraban situados.
La mayoría de ellos eran como castillos exóticos, con banderas sobre ellos.
Uno de ellos pertenecía a la facción Locos Nueces de Almond, con dos banderas sobre ellos. Una pertenece a la Casa de Regalon y otra pertenece a Locos Nueces.
—¡Hey, mira quién está aquí! —exclamó Zek.
Zek, Karven y un grupo de otros estudiantes emergieron del castillo al percibir la presencia de Almond y Lirio.
—Jefe, tu gente es demasiado poderosa. Especialmente esos ancianos. No nos están dando muchas misiones para completar.
Almond se encogió de hombros.
—Solo tienen que esforzarse más.
—Vamos, hermano Almond. ¿Cuándo nos vas a dar tu ayuda? —dijo Zek con picardía—. He hablado con mi clan, y lo he decidido.
—¿De verdad? —Almond levantó una ceja, dudoso.