Caminata

Sylas trotaba a través del complejo de la familia Brown, con un paso ligero y respiración uniforme. Había empacado asumiendo que se quedaría aquí por un tiempo, así que tenía la mayoría de lo que necesitaba. Resultó que tenía razón de la manera más inesperada.

Todavía le era difícil comprender todo lo que había sucedido, pero se consideraba una persona racional. No había necesidad de ignorar la verdad objetiva en favor de una realidad que ya no valía mucho en el gran esquema.

El mundo estaba cambiando, y si eras inteligente, lo aceptarías.

La fresca brisa otoñal danzaba entre las hojas coloreadas, una gama de rojos, amarillos y naranjas.

A Sylas realmente le gustaba este tipo de ambiente, y el cardio siempre había sido su placer culposo. Aunque, probablemente por eso el sistema había juzgado que su Fuerza era débil en general.

—Te odio… —Un resoplido de molestia venía detrás de él y pareció recordar que estaba en esta pequeña excursión con su hermana menor.