Disecando

Las runas azules corrían por el suelo y, en ese momento, la suave tierra se agrietó como si realmente se hubiera helado por completo.

Durante el curso de esta batalla, Sylas había comprendido que los métodos de esta cobra no eran realmente como los del hielo. En su lugar, era como si el hielo realmente se hubiera convertido en veneno. La forma en que interactuaba con las cosas iba más allá del simple uso del frío, más bien era como si el frío se hubiera convertido en un virus que podía impregnarse en el cuerpo y en los tesoros por igual.

De esta manera, era más temible que el atributo de hielo al que Sylas se había enfrentado tras escapar del volcán, aunque también menos flexible.

Los ataques puros que tenía la cobra eran insuficientes y a menudo solo se potenciaban mediante daño continuo y recurrente. Sin embargo, su capacidad para controlar el área, defenderse y descomponer los ataques que le llegaban era realmente especial.

Y ahora, este parecía ser su habilidad más fuerte.