Un Poco de Hacer...

—¿Yo? —se rió entre dientes Alex—. Porque eres genial, ¿necesito tener otra razón?

Sylas miró profundamente a Alex. La respuesta era tan ridícula que era casi imposible no creerla. Sin embargo, por la misma razón, era difícil saber si Alex simplemente estaba interpretando un papel o no.

Desde que Alex había captado la atención de Legado, y había sido denotado como un personaje de Bronce a sus ojos, era definitivamente un élite. Su fuerza hablaba por sí sola.

El hecho de que fuera tan despreocupado y no pareciera preocuparse por nada más parecía más una señal de alerta que cualquier otra cosa... porque este tipo de personalidad era precisamente el tipo que es más difícil de descifrar. Era como si Alex fuera a la vez incapaz de hacer nada y capaz de hacerlo todo al mismo tiempo.

Si Sylas hubiera sido el manejador de Alex, y lo hubiera observado pasar por la vida de esta manera... ¿sería posible que Alex fuera tan legible como Sylas?