Sylas miró al cielo, su expresión tranquila.
Por alguna razón, sintió una gran presión cuando se encontró con la mirada de Aurion, pero eso no lo hizo titubear. En cambio, miró calmadamente hacia un lado donde encontró a Brisa, quien todavía parecía estar furiosa por cómo terminaron las cosas.
No solo había perdido dos objetos valiosos, sino que ni siquiera había podido llegar al final. Sin embargo, tampoco se atrevía a culpar a Sylas por ello.
Que ella perdiera por tiempo era algo que todavía no podía comprender. ¿Qué tan fuerte tenía que ser Sylas para lograr tal cosa? ¿Lo habrían dejado ganar?
No, eso también era imposible. Incluso si venían del mismo mundo, las cadenas del sistema los afectaban a todos por igual.
Por supuesto, aún no habían confirmado que Sylas era de la Tierra. Hasta ahora, aún estaban a oscuras sobre exactamente de cuál de los Mundos Convocados él provenía. Así que Brisa sentía que esto era aún menos probable.