La expresión de Gavren parpadeó cuando vio la acción de Sylas antes de volver a la normalidad. Pero esto fue toda la confirmación que Sylas necesitaba para saber lo que estaba pasando.
La lanza del hombre de confianza de Ragnar se disparó hacia adelante y de repente se multiplicó, formando una red que parecía que estaba intentando detener a Sylas.
Con una repentina aceleración, los guardabrazos de Sylas se encendieron con vida. Su imagen de espejo desapareció, sus servicios ya no eran necesarios. Liberó más aspectos de su mente, y su Voluntad presionó sobre Gavren, desgarrando la ilusión de sus lanzas.
El cuerpo de Sylas se balanceó de manera extraña, y una ráfaga indetectable de hielo apareció debajo de sus pies, enviándolo a un lado de una manera que no debería haber sido posible.