Fang Wang mantuvo una distancia de treinta pies de la figura misteriosa en el mapa; el humo ondulante se tambaleó y la figura se solidificó gradualmente como si un fantasma hubiera aparecido. Incluso bajo la brillante luz del día, era bastante espeluznante.
—Tú... ¿qué eres? —Antes de que Fang Wang pudiera preguntar, la Serpiente Verde preguntó ansiosamente. Estaba más asustada que Fang Wang, por dos motivos: uno era por miedo genuino, y el otro era por temor a ser malinterpretada por Fang Wang.
La figura estaba borrosa, solo permitiendo vislumbrar un contorno aproximado.
—Joven, ¿deseas echar mano a la Técnica Corporal Santa de la Pandilla Celestial? —Una voz envejecida con el tiempo emanó de la figura misteriosa, su tono calmado.
Fang Wang, sosteniendo la Alabarda del Palacio Celestial, respondió: