Montañas rodean un gran lago envuelto en niebla, donde el agua clara refleja los picos, creando una escena encantadora similar a un reino celestial en la tierra.
Fang Wang se sentó junto al lago para meditar, percibiendo la energía espiritual de la zona. Una sonrisa apareció en su rostro mientras elogiaba:
—No está mal, de verdad es un excelente lugar para la cultivación.
Xiao Zi soltó un suspiro de alivio. En su camino hacia aquí, Fang Wang no había hablado mucho, de vez en cuando emitía una aura siniestra que lo dejaba temblando de miedo.
—Puedes moverte libremente. Por ahora, cultivaré aquí —dijo Fang Wang.
Después de que Fang Wang terminara de hablar, comenzó su práctica de acumulación de Qi.
Necesitaba meditar y reunir Qi para calmar su mente. El aire aquí era fresco, con cada vista capaz de ampliar el corazón de uno.
Xiao Zi inmediatamente salió del pecho de Fang Wang, lo miró hacia atrás, moviendo su lengua un par de veces, y luego se fue silenciosamente.