—Es difícil decirlo, después de todo, no he cruzado manos con alguien en el Noveno Nivel del Reino del Corazón Profundo. ¿Realmente conoces la fuerza de alguien en ese nivel? En mi opinión, la distinción entre fuerza y debilidad no depende del reino de uno, sino de quién sea el oponente —respondió Fang Wang, sintiendo el peso de su propia fuerza en su corazón.
Aunque tenía solo veintiséis años, había pasado más de mil quinientos años cultivando esas habilidades excepcionales, y su fuerza ya no podía ser definida solo por su reino.
Sin embargo, su meta actual era romper el Reino del Corazón Profundo.
Habiendo ya alcanzado el octavo nivel del Reino del Elixir Espiritual, naturalmente quería avanzar hasta el Reino del Corazón Profundo de un solo golpe. En ese momento, tendría la confianza para enfrentar a todos los enemigos poderosos y peligros.