Xiao Zi tardó menos de dos días en viajar desde Gran Wei hasta la Gran Puerta del Abismo.
De pie sobre la cabeza de la serpiente, Fang Wang observaba desde lejos los diez picos de la Gran Puerta del Abismo, apareciendo una sonrisa en su rostro.
Desde la distancia, la Gran Puerta del Abismo entre las nubes parecía una Puerta Inmortal del Reino Mortal, vasta y etérea.
Para Xiao Zi y Zhao Zhen, aunque habían pasado años desde su regreso, no sentían mucha sentimentalidad. Xiao Zi ya había vuelto a meterse en la Calabaza Devoradora de Almas, sin querer ver a nadie.
Era diferente para Fang Wang, quien no había regresado durante mil años. Ver de nuevo la Gran Puerta del Abismo despertó emociones en él.
Fang Wang tomó una respiración profunda, su rostro esbozando una sonrisa.
No hizo que Xiao Zi se redujera de tamaño, sino que voló hacia la Gran Puerta del Abismo de manera majestuosa.