—Esta persona se llama Yang Du, ¡y es simplemente un loco! —murmuró Zhu Yan entre dientes, sus palabras llenas de irritación.
—¿Cómo está loco? —preguntó Xiao Zi, cada vez más curiosa.
—Mi padre una vez lo salvó e incluso lo trajo de regreso a nuestro territorio. Durante su recuperación, este sinvergüenza asesinó a muchos Generales Demonios y consumió su carne y sangre. Después de que sus actos fueron expuestos, mi padre lo partió en dos y lo arrojó al mar. Sin embargo, este sinvergüenza todavía logró sobrevivir. Desde entonces, ha estado atacando a nuestros Soldados Demonio por venganza, enredándonos durante casi cien años. Fue entonces cuando finalmente se detuvo —dijo Zhu Yan, tomando una respiración profunda.
—¿Comió a tus Generales Demonios, por qué no lo comiste tú? —preguntó sorprendida Xiao Zi.