—Hermano Fang, ¿cómo puede ser tu Qi de Espada de Crianza Divina tan... —Gu Tianxiong estaba tan emocionado que no sabía cómo describirlo. El Qi de Espada de Crianza Divina de Fang Wang era increíblemente rápido, y su agudeza estaba más allá de su imaginación.
Lo más importante era el control de Fang Wang sobre el Qi de Espada de Crianza Divina, el cual no era fácil de manipular. Ser capaz de matar enemigos con precisión ya era loable, después de todo, para matar al enemigo, el Qi de Espada debe ser rápido, y la velocidad lo hacía muy difícil de controlar.
Al menos él no podía hacer que su Qi de Espada de Crianza Divina circundara a una persona a tal velocidad sin herirla.
—Puedo darte algunas instrucciones. ¿Te gustaría aprender? —dijo Fang Wang sonriendo.
Mientras hablaba, el Qi de Espada de Crianza Divina se introducía en sus ojos.