—¿Xiao Zi se convertirá en el Rey Dragón?
Al escuchar las palabras de Zhou Xue, Fang Wang no las cuestionó. Xiao Zi había estado siguiéndolo, influenciado por su destino, y no era imposible que pudiera convertirse en un Rey Dragón.
A medida que Fang Wang se acercaba al Reino Nirvana, en efecto podía sentir la existencia del destino en la oscuridad del universo.
El denominado destino no es solo suerte, sino también el impulso formado por las experiencias de la vida de uno. Si la voluntad de Xian Long ya se había dispersado por el mundo, sin forma e intangible, era natural que pudiera observar a Xiao Zi.
—¿Descubriste los movimientos de Ji Rutian o ya sabías de este asunto en una vida pasada? —preguntó Fang Wang.
—Zhou Xue le miró y dijo: