—El Emperador Absoluto es solo una leyenda, nadie sabe si realmente existió —se burló el Emperador Hongxuan, aparentemente bastante insatisfecho con el Emperador Absoluto.
—¿Lo que dices, si tienes que ver para creer, entonces debería no creer en la existencia del Gran Santo solo porque no lo he visto? —preguntó Miao Wufa.
—El Emperador Hongxuan fue un Gran Emperador de hace cincuenta mil años, y no se ha nacido un solo Gran Emperador en los últimos treinta mil años. Dime, el Emperador Hongxuan nunca ha visto al Emperador Absoluto, ¿en qué año nació el Emperador Absoluto? Y, ¿hay alguna herencia del Emperador Absoluto en el mundo hoy en día? —entonces dijo el Emperador Hongxuan.
—¿Qué base tienes para esto? ¿Realmente te estás tomando por el Emperador Hongxuan? ¿Cómo podría el Emperador Hongxuan saber acerca del Reino Mortal después de su muerte? ¿Podría ser que un Gran Emperador no haya emergido en estos veinte mil años? —dijo Miao Wufa mirándolo fijamente.