—El Dragón Púrpura que voló desde el horizonte no era otro que Xiao Zi, su cuerpo de mil zhang de largo, envuelto en nubes y niebla, con la majestuosa aura de un Dragón Verdadero completamente desplegada.
—Sentado en la cima de la montaña de huesos, el Dios de la Longevidad de las Eras levantó la cabeza, sus ojos se abrieron junto con ella, un par de vacíos pupilas carmesí mirando hacia el horizonte, mientras la multitud de pequeños ojos en su frente hacían lo mismo, rotando al unísono.
—Reveló una sonrisa codiciosa, se lamió los labios y murmuró para sí mismo: "El aliento de un Dragón Verdadero... debe ser delicioso...".
—A cien li de distancia, un grupo de Cultivadores escondidos detrás de la montaña de carne todos miraron hacia arriba al Xiao Zi que se aproximaba, sus ojos abiertos de asombro.