Ante la arrogancia de Fang Wang, la cara del Santo del Pecado, llena de líneas negras, se torció, sus ojos ardían con ira descomunal.
—¡Como Gran Santo, ser tan irrespetado!
—¡Cómo te atreves! —El Santo del Pecado rugió enojado, su carne explotó repentinamente en una terrorífica tormenta de sangre que envolvió a Fang Wang, la tormenta rebosante de innumerables runas negras.
Fang Wang sintió la amenaza y, sin sobreestimarse, plantó firmemente la Alabarda del Palacio Celestial en la Estela del Rencor del Pecado. Acompañando un estruendo que sacudió la tierra, la tormenta de sangre alrededor de él fue barrida.
Una vez más un esqueleto, el Santo del Pecado avanzó y atacó a Fang Wang con su palma derecha, destrozando el espacio a su alrededor. En un instante, ambos fueron sumergidos en un espacio temporal caótico, rodeados de vacíos giratorios y retorcidos mezclados con corrientes y explosiones de diferentes colores.