—¡He traído el Dao Celestial aquí!
Esta declaración resonó incesantemente en el mundo oscuro, causando que el Verdadero Venerable Kongdu se pusiera extremadamente tenso. Dispersó su conciencia divina, solo para descubrir que este mundo parecía ser otro Reino Mortal, vasto e ilimitado, permeado con una respiración que lo helaba hasta los huesos.
El Verdadero Venerable Kongdu no pudo evitar preguntar en voz baja:
—Maestro Dao, ¿qué deberíamos hacer?
Considerando las palabras del misterioso gigante rostro, ¡ese Verdadero Venerable debe ser muy fuerte!
Fang Wang respondió:
—Este es el guarida de Grandes Santos y Grandes Emperadores; hay tantas auras de Santo Emperador. No debería ser ni el Reino Mortal ni el Inframundo.
—¿El mundo de los Santos Emperador?
La cara del Verdadero Venerable Kongdu palideció de asombro y se puso aún más ansioso.