No había muchos objetos en este estante, cada uno encerrado en una caja de metal, lo que hacía imposible ver lo que había dentro. El anciano sacó una llave y abrió una de las cajas, revelando una piedra roja del tamaño del cráneo de un adulto en su interior. La piedra parecía como si acabara de ser sacada del fuego. Tan pronto como se abrió la caja de metal, una ola de calor abrasador los envolvió, y la temperatura en la bóveda del tesoro aumentó dramáticamente en un instante.
—¡Esta es la Piedra Esencia Solar! —Su Nan estaba asombrado. Incluso a simple vista, podía decir que era extraordinaria.