Prologo a una Tragedia

1874 - en algún lugar del Imperio.

Llueve.

Es un diluvio.

Entré en un local con un cartel en la puerta: 'Cerramos pronto', decidí ingresar al local y veo al dueño con aspecto derruido, aprieto los chelines en el bolsillo y me tomo unos segundos antes de preguntar el precio, como si temiera que fuera demasiado caro.. Me dijo que costaba unos dos chelines. No se por que fue tan barato; Tal vez porque me vio empapado (parecía un vagabundo, mojado por la lluvia), o por mi cara cuando pregunte sobre el precio. De cualquier forma, pague, dejándome unos tristes tres chelines, y antes de salir abrí el paraguas, este tenía un patrón de blanco y negro con rayas. Suspiro y me adentro en la fría noche de las calles.

A medida que avanzo, un cartel empapado por la lluvia se despega de la pared y cae a mis pies.

"Nuestro líder es nuestro futuro. Un país, una voluntad."

Lo ignoro y sigo caminando.

Caminando veo pasar a los locales, una carnicería, un lugar que prometen medicina barata, un restaurante, un local de ropa y por ultimo una librería. Era conocida en el distrito Voldaine, y esta destacaba no por sus precios ni sus libros, sino por la costumbre de tirar su mercancía que no vendían a la calle, algo que apreciaba ya que después de todo lo que leí durante la universidad, empecé a tener un gusto por la lectura.

Al llegar a la esquina miro a mi izquierda.

No hay nada fuera de lo común.

Excepto, a lo lejos, la silueta de Horverian.

La capital del Imperium.

Su sombra devora el horizonte.

El castillo.

No es un edificio, no es una fortaleza. Es una ciudad dentro de la ciudad, una aberración de mármol y acero que se alza sobre todos como si dominara el mundo entero. No está en un costado, no se esconde tras edificios. Es el corazón de la capital, el núcleo de toda esta maquinaria de poder.

Las murallas, tan altas que eclipsan cualquier otra edificación en Voldaine, parecen más una frontera entre dos mundos que una simple fortificación. Allí dentro no hay pobreza. Allí dentro no hay caos. Solo poder.

Las torres góticas emergen como espinas, afiladas contra el cielo nocturno. El mármol blanco de sus muros refleja la luna como si estuviera hecho de hueso pulido, de marfil eterno.

Y en su centro, las dos torres del Imperio.

La primera, la Torre del Imperio.

Colosal. Visible desde cada rincón del Imperium.

Su reloj, una obra de ingeniería mecánica imposible, marca la hora para toda la capital. La aguja avanza con precisión inquebrantable, anunciando cada segundo con una autoridad que nadie se atreve a desafiar.

Dicen que se sincroniza sola, que nunca falla, que nunca se detiene.

Es el ritmo del Imperium. Si la torre se detuviera, significaría que el Imperio dejó de existir.

Y junto a ella, su sombra.

La Torre del Silencio.

Un Obelisco Negro, imposible, inhumano. Su silueta se alza sobre la ciudad como un espectro vigilante. Algo en ella te observa, aunque no tenga ojos. Aunque nadie la mire, ella siempre está ahí.

La luz en su cúspide brilla de noche, barriendo las calles como si buscara a alguien.

Nunca entenderé a los demás… ¿Cómo no lo notan?

Hay algo en esa cosa. Algo que no debería estar ahí.

Fue erigida en menos de un año. Tal vez con mano de obra esclava. Tal vez como un simple monumento al poder.

Pero nadie lo cuestiona.

Porque si la Torre del Imperio representa el orden,La Torre del Silencio representa lo que ocurre cuando desafías ese orden.

Es el símbolo de la dictadura, un recordatorio de quién manda.

A lo lejos, en la calle paralela, se escucha un grito.

No pide ayuda. No suplica. Solo grita. Como si supiera que de nada serviría.

Me detengo un instante, sintiendo el nudo en el estómago. No debería mirar. No debería escuchar.

"Será mejor que me calle." Aquí, un comentario imprudente es suficiente para hacerte desaparecer.

Me acerco a mi portal cuando encuentro a mi casero mirándome, Mi mano se tensa en el bolsillo agarrando los tres chelines como si cambiase algo.

"Ethan, ¿Cuándo piensas pagar la renta? Tu hermano aún no ha llegado, y no pienso dejarlos pasar otra semana sin pagar." dándole una cara de resignación pura que fue devotada a Ethan

"Sí, ya sé. Deja de torturarme, te pagaremos el domingo. Apenas es jueves y ya empiezas..."

Gordon el casero le devuelve "si pagaras con más regularidad, no tendría que recordártelo, pero supongo que no eres peor que jane"

jane la vecina e inquilina de mi habitación de al lado, era la numero cinco, yo el numero cuatro, si no me equivoco ella esta sola, la verdad nunca le hable pero si juraría haber escuchado a Paul hablar con ella.

"Gordon te pagaremos el domingo a mas tardar me dejas entrar de una vez me estoy mojando como un idiota"

"De acuerdo entra de una vez me voy a hablar con la tan misteriosa y buena para nada de jane"

Subo las escaleras y ingreso la llave, era una llave con un patrón común con un cuatro pegado, tenia un color cobrizo.

"Abro la puerta. Mi apartamento es... humilde. Un living de dos metros de ancho por cuatro de largo, cocina en la esquina izquierda, y un perchero justo al entrar."

"Parece que Paul aun no ha llegado..."

Luego a la derecha hay una puerta a un dormitorio con una camilla una encima de la otra, unos diez chelines mensuales, no era barato pero tampoco era caro, no me podía quejar considerando donde podríamos llegar a acabar, el distrito Drakemont era peor que el distrito Voldaine.

Guardo mis cosas y dejo el paraguas en la entrada para no mojarme. reviso mis bolsillos y guardo mis chelines en una cajita arriba del armario, al inicio lo utilizamos para esconder nuestro dinero en caso de robo, pero termino quedando como una tradición que nos dejo Emma, pienso en ella me pregunto como hubiese sido la vida de nuestra familia si padre hubiese vivido un poco mas, o si no nos hubiésemos peleado, después de todo somos tres hermanos.

Dejando mi momento reflexivo me adentro y me dirijo a la concina empiezo a cocinar una "sopa", corto unas papas, zanahorias y unas batatas y las dejo hervir en agua. no teníamos gas pero teníamos un sector el cual Paul y yo utilizamos que era las tuberías de vapor, estas eran dirigidas al portal de Gordon. siempre tenían un calor emanante eran suficientes para quemar la mano de uno, acerco la hornalla y con un poco de tiempo esta empieza a interactuar y luego tiro unas especias adentro de mi "sopa" no tenia carne, o mejor dicho no iba a gastar dinero en ello no teníamos tantos, lujos.

Luego de esperar unos diez minutos, la sopa esta lista, "parece que Paul no regresara a tiempo" estos últimos días Paul tiene horarios cada vez mas tardes. me pregunto que pasara luego, trasnochara en la fabrica, no lo culpo, me debería culpar a mi dejo los estudios para que yo pueda terminar los míos, ingeniero mecánico, para luego terminar como relojero.

Como, y salgo del suite de lujo para ir al baño publico, Me lavo las manos y los dientes con agua y me miro al espejo. no hay nada que destacar un joven de veintiún años, egresado, recién salido de trabajar en una relojería. Apuesto, aunque solo me lo diga a mí mismo, pelo negro. ojos marrones duele lo común pero es mi realidad.

Salgo del baño y vuelvo al apartamento. entro a la habitación y me acuesto en mi litera.

Será por mi pensamiento, mi crianza, mis conexiones o sea dios lo que me haya llevado a contemplar mi realidad pero, siento que el tiempo es una broma muy mala, me esta obligando a ir hacia delante en una situación que no me metí por cuenta propia, pero no aborrezco mi vida, es mía y hay que vivirla aunque eso signifiquen pasar por momentos bajos.

"Relojero y pobre, triste realidad mía, que perdida de tiempo. ja, "tiempo", como decía alguna persona sabia en la tercera época, "nunca te metas con el tiempo" No le faltaba razón, supongo. Pero, ¿Quién soy yo para reflexionar sobre los delirios de grandeza y la filosofía de un anciano senil de hace más de 1400 años?, Paul una vez entre riéndose me dijo "Todo llega a su Tiempo" pero... ¡¡Maldito Tiempo!! ¡¿Viene de Rodillas o qué?! todo porque no llegaba mas su pedido de ropa elegante para mi graduación. jajaja, como pasa el tiempo fue hace poco mi graduación, "Pasa tan rápido como un pestañeo o un aleteo de mariposa...

Pero cuando quiero que corra, se arrastra. Como si el tiempo supiera que estoy atrapado en él... No pasaron ni cinco meses de mi graduación."

"Pero el destino no tiene la costumbre de dejarme en paz. No cuando alguien más está a punto de tomar una decisión que cambiará todo."

Algún lugar de la zona residencial militar

Cuando era pequeño, madre me regaló un gramófono con la canción "Thorns in You". Es una buena melodía.

También recuerdo la primera vez que disparé mi revólver. Al inicio, tenía uno que disparaba corchos de botellas, pero ahora dispara pólvora.

La primera vez que jalé el gatillo de un arma real, la vibración me recorrió el brazo hasta el hombro. Me dijeron que era normal.

Yo solo pensaba en cómo algo tan pequeño podía decidir la vida o la muerte.

"Padre, se ha roto el gramófono de nuevo.", Se escucha a lo lejos un quejido, "Llama a Chris que solucione esto de una Maldita Vez". Me acerco al telégrafo, y intento mandarle un mensaje en código morse, el telégrafo fue el invento del siglo fue creado relativamente hace poco por uno de los científicos de nuestra patria, Fue creado durante la guerra, pero hoy, en tiempos de paz, se ha convertido en una herramienta cotidiana.

Envió el mensaje a el Señor Chris, era una persona reservada pero sabia y tenia conocimientos que permitía que esta casa se le dejen de romper sus herramientas no sabría como escuchar todas esas melodías sin su existencia, me pregunto como es la vida del señor Chris nunca lo conocí mas que unas dos conversaciones sueltas y el intercambio de dinero, el accede a venir. "Padre ya le he avisado, ha dicho que vendrá en unos diez minutos."

"Perfecto, El dinero esta donde siempre, te libero"

El dinero se encontraba en el despacho de mi padre, estaba en uno de los cajones principales, unas 3 libras y 20 chelines, "Cómo ha bajado el sueldo militar, eh." saco la suma común unos 4 chelines por la reparación y me acerco a la ventana mientras espero a que llegue el Señor Chris, se puede observar la majestosa Torre del Renacimiento desde la ventana. Algunos la llaman "El Obelisco del Silencio", "El Nido del Cuervo"… tonterías de insurgentes que no entienden la importancia del orden.

Por suerte, son una minoría. Y yo existo para asegurarme de que sigan siéndolo.

"Para que nunca vuelvan a levantar la cabeza."