—Kent, quiero tener una conversación privada contigo —dijo la Maestra de la Puerta Mara cuando regresaron al hotel.
Tío Drew se había encargado de reservar una nueva suite en un nuevo hotel mientras estaban ausentes en la subasta.
Kent asintió y se volvió hacia Selene.
—Llévalos al Estanque de Yin. Volveré más tarde para que podamos pasar un tiempo juntos —dijo Selene y el resto de sus mujeres asintieron con sonrisas en sus rostros mientras desaparecían en la torre.
—¿Sobre qué quieres hablar? —Kent preguntó, girándose hacia la Maestra de la Puerta.
—Quiero hacerte una pregunta, y me encantaría tener una respuesta seria. Por supuesto, si no te sientes cómodo, puedes optar por no responder. De cualquier manera, no me importaría —dijo ella.
—Vale. Estoy escuchando —Kent respondió.
—¿Eres un demonio? —preguntó la Maestra de la Puerta, casi haciendo que Kent se atragantara con su lengua. De todas las cosas que esperaba, esto no era ninguna de ellas.