Elaine es una dama tranquila.
Creció en el campo donde vivía con su madre y su padre. Ambos son cultivadores pero se especializan en magia curativa.
Al crecer, Elaine estaba rodeada por el suave aroma de las hierbas y el resplandor tenue de las flores mágicas. Vivía en paz porque su vida es paz.
Sus padres, aunque no eran muy conocidos, eran sanadores respetados en su región—calmados, sabios, y siempre dispuestos a ayudar a los enfermos y heridos.
Su hogar era una humilde cabaña situada cerca de un arroyo cristalino que serpenteaba a través de las colinas esmeralda.
Cada mañana, cuando los rayos golpeaban su superficie, creaba un prisma de colores que podía hipnotizar incluso a los daltónicos.
Los pájaros cantaban por la mañana, el viento llevaba la fragancia de las flores silvestres en flor, y las noches estaban llenas de un silencio tranquilo y reconfortante.
Elaine, siendo naturalmente callada, a menudo prefería la compañía de las plantas y pergaminos a la de las personas.