Kent pasó cerca de 10 horas con la familia Wynthrall, así que sabía por qué le hizo esta pregunta a Elaine.
Durante su tiempo con ellos, se dio cuenta de cuán apasionada era la familia de tres por cultivar hierbas y la magia de vida.
Kent lo vio en sus ojos; nunca abandonarían el camino que habían comenzado a recorrer. Se veían decididos y caminarían por ese sendero para siempre.
Así que sabía que debía hacer esta pregunta.
Elaine no respondió de inmediato. En lugar de eso, se quedó en silencio durante cinco minutos, mirando el hermoso cielo estrellado.
—No creo que vuelva a tocar un caldero nunca más —respondió, haciendo que Kent sacudiera la cabeza.
—Me imaginé que dirías algo así. Pero, ¿por qué, si no te molesta que lo pregunte? —dijo Kent, girando la cabeza para mirar a Elaine.