La boca de Soleia se abrió de pura sorpresa. —¿Eh?
—Perdón por ser franca, Princesa Soleia, pero el ser princesa no te da derecho a imponer y hacer demandas donde no debes —espetó la Princesa Nessa—. Lady Elowyn merecía esta boda. Ella es a quien el Duque ama.
—Tuvimos una ceremonia de boda... —dijo Elowyn, su voz decayendo—. Sonrió tímidamente al recordar los eventos que no tuvieron testigos. Fue una ceremonia pequeña, pero, por desgracia, no tuvo testigos y por lo tanto no fue reconocida por el reino. De cualquier manera, estoy conforme con lo que tuve y ese recuerdo siempre será un momento preciado en mi vida.
—Sólo porque tuviste una boda que no fue oficial no significa que tu matrimonio ahora sea nulo y sin valor, Lady Elowyn —dijo Nessa—. Deberías haber sido la Duquesa de Drakenmire, la mujer que está al lado del Duque Elsher. —Miró con desprecio a Soleia.