El viento helado rugía mientras el grupo enfrentaba a Cocolia en el corazón del Fragmentum. La corrupción del Stellaron distorsionaba la realidad a su alrededor, haciendo que el suelo crujiera bajo sus pies y que el cielo pareciera retorcerse con sombras vivientes.
Cocolia, de pie sobre el Motor de la Creación, los observaba con una expresión serena, como si ya hubiera anticipado este momento.
"Persistentes hasta el final," dijo con un suspiro. "Pero su lucha es inútil. Este mundo necesita renacer, y ustedes... solo están retrasando lo inevitable."
Levantó una mano, y la distorsión a su alrededor se intensificó.
"Vengan a mí, guardianes del nuevo mundo."
El Fragmentum respondió a su llamado.
Grietas oscuras se abrieron en el aire, y de ellas emergieron criaturas deformes, fusionadas con el hielo y la corrupción del Stellaron.
Algunas tenían la silueta de soldados caídos de Belobog, ya sean Guardias normales, Capitanes e incluso otros Guardianes Supremos. Sus armaduras destrozadas y sus cuerpos envueltos en un resplandor espectral. Otras parecían enormes constructos de hielo con garras afiladas, mientras que en la retaguardia surgían entidades flotantes que parecían absorber la energía del ambiente.
Seele frunció el ceño al ver a las criaturas tomar posiciones.
"Genial, más de estas cosas feas."
7 de Marzo apuntó con su arco, con el ceño fruncido.
"Se ven más resistentes que los anteriores. Esto no será fácil."
Dan Heng afianzó su agarre en la lanza.
"Si caemos aquí, no habrá nadie más para detener a Cocolia."
Aleph chasqueó la lengua.
"Entonces hay que tratar de eliminamos rápido y no cansarnos en el proceso ¿Eh? Simplemente genial."
Cocolia sonrió con una mezcla de compasión y burla.
"Intenten todo lo que quieran. Nada puede detener el cambio que se avecina. Ustedes serán enterrados bajo los cimientos del nuevo mundo."
Con un simple gesto de su mano, los monstruos del Fragmentum se lanzaron al ataque.
Seele fue la primera en moverse, desapareciendo en un destello de velocidad y apareciendo detrás de una de los monstruos humanoides, su guadaña brillando antes de trazar un arco letal en el aire.
¡SLASH!
El monstruo cayó, pero su cuerpo no se desvaneció por completo. En su lugar, la energía oscura se reagrupó y reformó, haciendo que la criatura volviera a ponerse de pie.
"¡Tch, estos se regeneran!" exclamó Seele, retrocediendo antes de que el monstruo pudiera contraatacar.
Dan Heng se movió con rapidez, lanzando una ráfaga de cortes de viento contra los enemigos voladores.
Las criaturas absorbieron parte del ataque, pero Dan Heng giró su lanza con maestría y perforó el núcleo de una de ellas, disipándola por completo.
"Apunten a los núcleos, el daño allí no parece regenerarse." advirtió.
7 de Marzo levantó un escudo justo a tiempo para bloquear el impacto de una de las bestias de hielo que se abalanzó sobre ella.
"¡Pesados!" se quejó, antes de lanzar una descarga de flechas de hielo que impactó a su atacante.
Las flechas no lo destruyeron, pero ralentizaron sus movimientos lo suficiente como para que Stelle lo rematara con un golpe de su bate.
¡BOOM!
El cráneo del monstruo se fracturó antes de que la energía oscura lo consumiera.
Aleph se lanzó al combate, activando Ilusionista.
Las criaturas titubearon cuando de repente vieron copias de sí mismas atacándose entre sí.
El caos se desató momentáneamente entre los monstruos del Fragmentum.
"Eso nos dara algo de tiempo," murmuró Aleph, antes de aprovechar la confusión para golpear con un puñetazo cargado de hielo a una de los monstruos más grandes.
¡CRACK!
El impacto resonó, haciendo que el monstruo se tambaleara antes de ser destruido por un disparo certero de Bronya, quien había tomado una posición más elevada para brindar apoyo.
Cocolia observó la batalla desde lo alto, impasible.
"Siguen luchando contra lo inevitable."
Levantó la mano nuevamente.
"Entonces... los aplastaré con mis propias manos."
El Motor de la Creación rugió al recibir la orden.
Una de sus colosales manos mecánicas se alzó en el aire.
Las sombras del Fragmentum se disiparon momentáneamente bajo la titánica presencia del robot gigante.
Seele y Stelle dejaron de moverse por un instante.
"Eso... no es bueno," murmuró 7 de Marzo.
El gigantesco brazo descendió con una fuerza devastadora.
"¡Muevanse!" gritó Dan Heng.
El grupo saltó hacia atrás justo antes de que la mano colisionara contra el suelo esquivando el golpe por muy poco.
La zona tembló por la fuerza con la que había golpeado el puño mecánico.
Fragmentos de hielo y piedra volaron en todas direcciones.
Pero el Motor de la Creación no había terminado.
Cocolia extendió su brazo una vez más.
"De nuevo."
El Motor de la Creación comenzó a levantar la mano para repetir el ataque.
Justo en ese momento…
Un destello de energía apareció en el cielo.
Un rayo de luz azul descendió a una gran velocidad y golpeó de lleno el brazo del Motor de la Creación.
¡BOOM!
Una explosión de energía lo sacudió, haciéndolo retroceder ligeramente.
El grupo se quedó en shock.
"¿Qué… qué fue eso?" preguntó Seele.
Aleph sintió un leve cosquilleo en el aire, como si la energía residual del ataque aún estuviera presente.
Dan Heng miró hacia el cielo.
"…Eso vino del espacio."
Una transmisión llegó a través de los dispositivos de comunicación del grupo.
Era la voz de Himeko.
"Espero que ese disparo haya ayudado un poco," dijo con tono calmado.
7 de Marzo abrió los ojos con alegría.
"¡Himeko!"
"Les... daré el..." respondió Himeko, pero la señal parecía haber comenzado a fallar. "No puedo....todavía, pero no los dejaré.... Haré lo que...pueda para...desde aquí."
Cocolia frunció el ceño levemente, la primera señal de molestia en su rostro.
"Interferencia externa, qué molesto."
El Motor de la Creación tembló mientras intentaba estabilizarse tras el ataque.
Stelle apretó los dientes.
"Es nuestra oportunidad."
Saltó hacia adelante, corriendo directo al brazo dañado del Motor de la Creación, Aleph la siguió por detrás.
Su objetivo estaba claro.
Cocolia.
Pero los monstruos del Fragmentum aún estaban en pie.
Y no iban a dejarla avanzar tan fácilmente.
Justo cuando los monstruos se lanzaron hacia Stelle…
Disparos resonaron en el aire.
Los enemigos cayeron uno tras otro.
Stelle giró la cabeza y vio a Bronya, con su rifle en alto, mirándola con seriedad.
"Sigue adelante. Yo me encargaré de ellos."
Más monstruos aparecieron, pero antes de que pudieran acercarse, flechas de hielo cayeron del cielo, congelando a varios en su lugar.
"¡Te cubrimos!" gritó 7 de Marzo desde la distancia.
Seele y Dan Heng se colocaron a los lados, bloqueando cualquier enemigo que intentara acercarse a Bronya y 7 de Marzo.
El camino estaba despejado.
Stelle avanzó.
El Motor de la Creación comenzaba a reactivarse.
Y entonces…
Aleph apareció a su lado.
Había estado saltando sobre fragmentos de hielo que él mismo generó para moverse rápidamente a través del gigante de metal.
Extendió una mano y la sostuvo cuando Stelle casi resbaló.
"Vamos, no te caigas ahora," dijo con una sonrisa.
Juntos, se prepararon para enfrentar a Cocolia.
Y en ese instante.
Los ojos de la líder de Belobog brillaron con un resplandor antinatural.
El Motor de la Creación rugió, sus sistemas reactivándose mientras el Fragmentum a su alrededor se intensificaba. Cocolia, de pie con una lanza de hielo en su mano, observaba a Stelle y Aleph con una mezcla de fascinación y decepción.
"Han llegado hasta aquí… pero su lucha es inútil," murmuró con una voz helada. "El mismo poder que acabo con la Legión Anti-materia hace 700 años ¿Que tan seguros están de poder enfrentarlo? Desesperación es lo único que les espera."
Aleph sintió un escalofrío recorrer su espalda. No era solo por el frío que emanaba de Cocolia, sino por la extraña distorsión que la rodeaba. Era como si el Stellaron estuviera empezando a reclamarla por completo.
Stelle, sin titubear, levantó su bate.
"Si es inútil o no, lo decidiremos aquí."
Cocolia suspiró.
"Terquedad. Eso es todo lo que tienen."
Extendió una mano y la temperatura descendió drásticamente.
El hielo se extendió a una velocidad alarmante, cubriendo el cuerpo del Motor de la Creación y formando picos cristalinos que parecían un campo de lanzas.
Stelle y Aleph apenas lograron reaccionar antes de que varias de esas lanzas de hielo se dispararan hacia ellos.
"¡Ataca, yo me encargó de lo demás!" gritó Aleph.
Ambos saltaron en direcciones opuestas, esquivando por poco los ataques.
Cocolia chasqueó los dedos.
El hielo que habían esquivado cobró vida.
Los fragmentos cristalinos se transformaron en figuras humanoides con rasgos vagamente reconocibles.
Soldados de Belobog.
Pero no los actuales.
Eran réplicas de guerreros caídos, atrapados en el hielo y devueltos a la batalla como meras sombras de lo que fueron.
Aleph apretó los dientes.
"¿En serio estás usando los recuerdos de los muertos para pelear?"
Cocolia inclinó la cabeza, como si no entendiera que era lo que Aleph veía de malo en sus acciones.
"Ellos nunca fueron apreciados en vida. En este nuevo mundo, al menos tendrán un glorioso propósito."
Sin más advertencia, los soldados de hielo cargaron.
Stelle giró su bate, destruyendo al primero que se lanzó sobre ella.
¡CRACK!
El soldado estalló en pedazos, pero otros tomaron su lugar.
Aleph golpeó con su puño cubierto de hielo a uno de los enemigos, haciendo que se congelara completamente antes de romperse.
Pero más seguían llegando.
Los dos estaban completamente rodeados.
"Esto no tiene fin." murmuró Stelle.
Cocolia observó la escena con calma.
"Los números están de mi lado. Solo es cuestión de tiempo."
Pero entonces…
Una explosión de fuego descendió desde el cielo.
El impacto destrozó a varios soldados de hielo y derritió parte del campo helado a la vez que sacudía de nuevo al motor de la creación.
Aleph reconoció la energía inmediatamente.
Desde su posición en el Expreso Astral, incluso si se habían cortado las comunicaciones, Himeko estaba brindando fuego de cobertura lo mejor que podía.
Cocolia frunció el ceño.
"Interferencia innecesaria."
Alzó una mano y generó una barrera de usando el poder del Stellaron alrededor del Motor de la Creación, bloqueando cualquier ataque desde el exterior.
Aleph chasqueó la lengua.
"Bueno, fue bueno mientras duró."
Los soldados de hielo volvieron a moverse.
Pero antes de que pudieran alcanzarlos.
Disparos resonaron en el aire.
Las balas impactaron en los núcleos de los soldados de hielo, haciendo que varios cayeran antes de poder reaccionar.
Stelle y Aleph giraron la cabeza.
Bronya estaba en posición, su rifle humeando tras cada disparo.
"¡Sigan avanzando!" gritó.
Más soldados aparecieron, pero 7 de Marzo lanzó ráfaga tras ráfaga de flechas heladas, ralentizando su avance.
Seele y Dan Heng se encargaron de cada monstruo lo suficientemente estúpido como para acercarse a Bronya y 7 de Marzo, asegurándose de que nadie interrumpiera su apoyo.
Aleph sonrió.
"Bueno, eso facilita las cosas."
Stelle asintió.
"Sigamos."
Ambos comenzaron a correr a lo largo de la parte superior del brazo del Motor de la Creación, esquivando escombros y ataques de hielo mientras se acercaban más a Cocolia que se encontraba en su hombro.
Pero el robot gigante no estaba completamente inactivo.
Los mecanismos en su interior se activaron nuevamente.
Los engranajes rugieron mientras el Motor de la Creación recuperaba su movilidad. Bajo la orden de Cocolia disparó un rayo en dirección a los demás.
Provocando que tuvieran que separarse temporalmente, deteniendo el apoyo.
Y justo cuando Stelle estaba a punto de alcanzar la plataforma donde estaba Cocolia…
El robot se movió.
El repentino temblor hizo que Stelle perdiera el equilibrio.
"¡Cuidado!" gritó Aleph, lanzándose hacia ella.
Saltó sobre varios fragmentos de hielo flotantes que había creado y logró sujetarla antes de que cayera al vacío.
La ayudó a subir a la plataforma.
Pero entonces…
Un cambio ocurrió en Cocolia.
Su cuerpo comenzó a brillar con un resplandor azulado.
La energía del Stellaron la envolvió por completo, deformando su silueta.
Aleph sintió una repentina presión en su pecho.
Sus ojos brillaban con un resplandor inhumano.
Su voz sonó distorsionada.
"Si este mundo se resiste… lo purificaré."
Un velo negro cubrió su rostro, y un traje cristalino cubrió su cuerpo. Su apariencia más allá del rostro que seguía siendo mínimamente visible era casi idéntico al de un miembro de la Legión Anti-materia o a un monstruo humanoide del Fragmentum.
Aleph sintió que algo iba mal.
Muy mal.
Pero antes de que pudiera reaccionar.
Cocolia se movió con una velocidad que superó por completo sus sentidos.
Y en un solo instante…
La lanza de hielo atravesó a Stelle.
Los ojos de Aleph se abrieron como platos cuando vio la escena en cámara lenta.
El impacto hizo que Stelle saliera despedida hacia atrás, su cuerpo cayendo sin control.
Sin pensarlo ni un solo segundo se lanzó hacia ella, pero lo único que logró atrapar fue su bate. Solo pudo ver como el cuerpo caia hasta chocar contra los restos de una estructura de hielo.
El sonido del golpe resonó como un trueno en su mente.
Por un momento…
Todo quedó en silencio.
Aleph se quedó quieto, procesando lo que acababa de suceder.
"Al final, ¿De que sirvió la valentía de esa joven?" Pregunto Cocolia con condescendencia.
La absorción de energía de Aleph se intensificó.
Burroughs habló en su mente con urgencia.
[¡Maestro, su salud está a punto de entrar en un estado crítico!]
Pero Aleph no respondía.
Cocolia observó la escena con indiferencia.
"Una simple mortal nunca podría oponerse al destino. Al final inevitable que aguarda todos aquellos que buscan oponerse al Stellaron."
Aleph sintió un zumbido en sus oídos.
Su respiración se volvió irregular sus pardados temblaban, la mano que sostenía el bate se apretó con tanta fuerza que las venas comenzaron a hincharse en ella.
Miró a Stelle con la lanza de hielo aún incrustada en su pecho.
Su mano vacía tembló mientras era cubierta con energía helada.
El frío del Fragmentum nunca se había sentido tan intenso como en ese momento.
"Burroughs…"
Su voz sonó extrañamente calmada.
[¿Sí, Maestro?]
"¿Existe alguna forma de obtener
Burroughs titubeó antes de responder.
[… Actualmente, no hay forma de obtener ninguna de esas habilidadades.]
Aleph apretó los dientes, y una risa escapo de su boca.
Su visión comenzó a teñirse de rojo.
Un sentimiento abrasador recorrió su cuerpo.
Cocolia fruncio el ceño al sentir como la energía del Stellaron que le era suministrada disminuía.
Aleph de principio a fin no le dedicó ni una sola mirada, sus ojos estaban completamente enfocados en el cuerpo desplomado en la nieve al que 7 de Marzo y los demás trataban de llegar.
Una sola emoción consumió su mente, su risa cesó de manera abrupta.
Ira.
"Entonces…"
Alzó el bate con una mano.
"Si el sistema no me da una solución o al menos una opción…"
Burroughs detectó un aumento anormal en la absorción de energía del Stellaron.
[¡Maestro, esto le hará daño, por favor pare!]
Pero Aleph ignoró la advertencia.
Más y más energía fluyó a través de él.
Chispas doradas y azuladas comenzaron a surgir de su cuerpo.
El metal del bate cambió de color, pasando del negro al blanco brillante, como si estuviera sobrecargado o recubierto con energía pura.
Aleph respiró hondo.
No sabía muy bien por que, pero las palabras fluyeron hacia él de forma natural.
Con una voz completamente fría, declaró:
"Las reglas se hicieron para romperse."
Su poder estalló en un destello cegador.
Y con esa explosión de energía…
Se lanzó directo hacia Cocolia.
************
La explosión de energía resonó en el aire.
El Fragmentum pareció estremecerse cuando Aleph se lanzó con toda su furia contra Cocolia, su bate envuelto en un resplandor blanco y chispas azules.
El aumento en su fuerza había sido substancial, pero desafortunadamente aún parecía insuficiente. Cocolia tuvo tiempo más que suficiente para reaccionar antes de que el impacto la alcanzara.
¡BOOM!
Aun así la onda de choque del golpe término alcanzandola, e hizo que se tambaleara, su barrera de hielo se fragmentó en mil pedazos, dispersándose en el aire como polvo de nieve.
Aleph no se detuvo.
Apenas aterrizó, giró su bate con una fuerza brutal y lanzó otro golpe directo a su torso.
¡CRACK!
Cocolia gruñó de dolor cuando su cuerpo fue lanzado hacia atrás, impactando contra la estructura del Motor de la Creación.
Pero en vez de caer…
Se estabilizó en el aire.
Sus ojos brillaban con un resplandor aún más intenso.
"Interesante…" murmuró con una voz cada vez mas distorsionada.
Aleph respiraba con pesadez, sus músculos tensos por la energía que había absorbido.
La sangre caía por la comisura de su boca, su pecho latia de una manera tan dolorosa que apenas resistía el impulso de poner una mano sobre él.
Burroughs hablaba en su mente con desesperación.
[¡Maestro, está sobrecargando su cuerpo! ¡El flujo de energía del Stellaron es demasiado inestable, no puede absorber cantidades tan grandes sin pasar por el proceso adecuado, esto no es más que un método de suicidio extremadamente doloroso!]
Pero Aleph no respondió.
Toda su atención estaba en Cocolia.
Las palabras de Burroughs se sentían lejanas, entraban por una oreja y salían por la otra.
Solo podía pensar en una cosa.
Quería destrozar por completo a la mujer delante de él.
Cocolia extendió su mano y el aire se congeló de inmediato.
"Tu furia es admirable, te ha dado un impulso espectacular, pero sigue siendo completamente inútil."
Decenas de lanzas de hielo aparecieron a su alrededor.
Con un simple movimiento de su brazo, todas fueron disparadas hacia Aleph como una lluvia letal.
Aleph reaccionó en el último segundo.
"¡Bufula!"
Una explosión de hielo salió de su mano, colisionando con las lanzas.
Algunas se rompieron en el aire, pero otras atravesaron su defensa.
¡SHLNK!
Una de las lanzas se clavó en su costado.
Otra le rozó la pierna, dejando un corte profundo.
Aleph sintió el dolor atravesarlo como una corriente eléctrica, pero no se detuvo ¿Que eran estos pequeños cortes en comparación con el dolor acumulado en todas las demás áreas de su cuerpo?
Saltó directo hacia Cocolia, con su bate envuelto en energía.
Una grieta dorada se extendió por el brazo que sostenía el bate, la sangre volo por el aire.
"¡Cállate y pelea!"
El bate descendió con furia.
Cocolia levantó su brazo para bloquear el golpe con una barrera de hielo.
¡CRACK!
La barrera se astilló.
Aleph presionó con más fuerza.
"¡Rompete!"
El bate brilló con una luz más intensa.
Y con un último esfuerzo…
¡BOOM!
La barrera de hielo se rompió en mil pedazos.
Cocolia fue enviada de nuevo hacia atrás, su cuerpo impactando contra los restos de la plataforma.
El Fragmentum vibró.
Por un instante, Aleph pensó que la pelea había terminado.
Pero entonces…
El Stellaron reaccionó.
Cocolia, aún en el suelo, comenzó a reír.
No era una risa normal.
Era fría. Hueca.
Su cuerpo empezó a brillar con una intensidad alarmante.
Aleph retrocedió un paso, sintiendo un peligro inminente.
"Burroughs… ¿qué está pasando?"
[El Stellaron está intensificando su fusión con su cuerpo. Su estructura biológica está cambiando…]
Aleph apretó los dientes.
"…No me digas."
La figura de Cocolia empezó a distorsionarse.
El hielo a su alrededor comenzó a fusionarse con su cuerpo.
Sus extremidades se alargaron ligeramente.
Su armadura se modificó, volviéndose más intrincada, con detalles brillando con un resplandor etéreo.
Y sus ojos se volvieron de un púrpura brillante con círculos dorados dentro de sus iris.
El aire a su alrededor se volvió opresivo.
El Motor de la Creación rugió en respuesta a su transformación.
Cocolia flotó en el aire, observando a Aleph con una expresión serena.
"Ya no hay retorno," susurró.
Y entonces, se lanzó hacia él con una velocidad devastadora.
Aleph apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de que el mundo se cubriera de hielo y sombras.
Apretó los dientes con fuerza.
No quería ceder ni un poco.
********************
Oscuridad.
Esa fue la primera sensación que tuvo Stelle al abrir los ojos.
Pero no era el tipo de oscuridad sofocante del Fragmentum, ni el vacío incomprensible del Stellaron. Era algo distinto. Algo… vasto.
A su alrededor, el espacio se extendía en todas direcciones, profundo e insondable. El negro del cosmos estaba salpicado de innumerables asteroides flotando en una órbita caótica alrededor de un gigantesco remolino azul en el centro de aquel extraño dominio.
Stelle inhaló con fuerza, sintiendo cómo su cuerpo respondía a su voluntad.
"¿Dónde… estoy?"
Su voz resonó débilmente en el vacío.
Su mente tardó unos segundos en procesar lo que veía.
El espacio, el remolino azul, el flujo de energía envolviéndola…
Esto se sentía exactamente igual que cuando…
Cuando fue observada por él.
Su cuerpo se tensó al recordar.
Nanook.
Pero, esto se sentía diferente.
La luz ambarina que brillaba en el centro del remolino no transmitía la misma opresión. No sentía el desprecio absoluto de la Destrucción.
Aquí, lo único que percibía era… el peso de algo.
Algo enorme.
Que no se atrevía ni siquiera a tratar de pensar en qué o de quién se trataba.
Se quedó en silencio por un momento, pero pronto su mente comenzó a acelerarse al percatarse de algo que había pasado por alto en su momento de asombro.
Sus ojos abrieron con sorpresa.
"Aleph… Dan Heng… 7 de Marzo… Bronya… Seele…"
Un escalofrío recorrió su espalda.
"¡Maldición!"
Si ella estaba aquí, ¿qué estaba pasando afuera?
¿Estaban en peligro?
¿Les había pasado algo?
Su respiración se agitó mientras apretaba los puños. No tenía tiempo para quedarse aquí sin hacer nada.
Sin dudarlo, echó a correr hacia la luz en el centro del remolino azul.
....
El camino era largo. Casi no parecía que tuviera un final.
Pero ella no se detuvo.
Cada paso la acercaba más y más a la fuente de la luz.
Y cuando finalmente llegó a su destino.
Sus ojos se abrieron con sorpresa.
Allí, en el núcleo del remolino, una gema azul brillante y de gran tamaño flotaba, emitiendo pulsos de energía rítmicos, casi como si fuera un corazón latiendo.
Y clavada en su interior…
Una lanza.
No, no era solo una lanza.
Era una alabarda de diseño majestuoso, de un color ámbar que relucía con una intensidad cálida.
Su mango era negro, con patrones dorados recorriéndolo, y su filo resplandecía como si estuviera forjado con un material especial.
La imagen de la lanza le resultó extrañamente familiar.
Era similar a la que Cocolia empuñaba…
Pero, al mismo tiempo, era completamente distinta.
Instintivamente, extendió su mano para tomarla.
Pero antes de que pudiera tocarla—
"Detente."
Una voz resonó a su alrededor.
Stelle se congeló en su lugar.
No era solo una voz.
Eran varias.
Muchas.
Susurros que se superponían unos con otros, como un eco distante de incontables personas.
Y entonces, figuras comenzaron a materializarse alrededor de la gema.
Sombras etéreas envueltas en un resplandor tenue.
Stelle observó con atención.
Se dio cuenta de que todas llevaban armaduras similares a las de los Guardianes Supremos de Belobog.
Mujeres de eras antiguas, sus rostros velados por la luz, pero sus presencias firmes y pesadas.
"Nosotras… somos los ecos de quienes vinieron antes."
"Las Guardianas Supremas de Belobog."
"Portadoras del peso del mundo."
Stelle tragó saliva.
"¿Por qué me detienen?" preguntó, su voz firme.
"Eres una extranjera."
"No perteneces a este mundo."
"Y, sin embargo… te has detenido en este lugar."
Las sombras se alzaron un poco más, rodeándola.
"Dime, forastera…antes de que tomes esa arma hay algo que queremos saber."
"¿Estás dispuesta a cargar con nuestras ruinas?"
"¿A sostener el peso de nuestras fallas?"
"¿A ser el escudo de un mundo que nunca fue tuyo?"
"Piensa bien tu respuesta, por que no habrá espacio para arrepentirse después."
Stelle no dudó.
"Sí."
Las sombras temblaron ante su respuesta inmediata.
"¿Incluso si cargas con pecados que no te pertenecen?"
"Sí."
"¿Incluso si el destino te condena a fracasar como nosotras?"
"Sí."
La gema pareció brillar con más intensidad ante su determinación.
Stelle avanzó y extendió su mano hacia la lanza.
Pero en el momento en que la tocó—
¡CRACK!
Un dolor abrasador recorrió su brazo.
La soltó con un grito ahogado.
"¡Mierda…!"
Se miró la mano.
Había marcas rojizas en su piel, como si la lanza la hubiera quemado.
El dolor era real.
No era una ilusión.
Pero Stelle no retrocedió.
Apretó los dientes.
Y avanzó de nuevo.
Ignorando el dolor.
Apretando la empuñadura con todas sus fuerzas.
Esta vez, no la soltó.
La gema comenzó a resquebrajarse.
Destellos de luz azul y dorada estallaron a su alrededor.
Y por un breve instante—
Vio algo.
Una figura colosal.
Su color era el ambar.
Parecía hecho de piedra, emitía un aura majestuosa y ancestral.
Inmóvil, impasible.
Observándola desde más allá del velo de la realidad.
Y entonces, la gema explotó.
Todo se volvió blanco.
....
Stelle despertó con un jadeo, sintiendo su corazón latir con fuerza.
Su cuerpo estaba intacto.
No había ni una sola herida en su pecho.
Se incorporó lentamente…
Y lo primero que vio.
Fue a Aleph, arrodillado en el suelo, la sangre fluía de su frente, ojos y oídos pero no parecía haberse rendido en absoluto. Seguía mirando a Cocolia con una ira que no se había apagado en lo más mínimo.
Incluso en ese estado parecia negarse a soltar el bate que se encontraba en su mano.
Frente a él, Cocolia, transformada por el Stellaron, flotaba en el aire burlándose de su condición.
"Tan débil... Tan terco, tan propio de un humano. Creyendose más fuerte que los demás, usurpando poderes que no te pertenecen ¿Creias que así podrias vencerme? Realmente, que tipo tan patético."
Su mano se elevó en su dirección, numerosas lanzas de hielo comenzaron a formarse en el aire listas para ser lanzadas.
"Ni siquiera fuiste capaz de darme una pelea desafiante. Permíteme concederte la desesperación."
Los ojos de Stelle se encendieron con un resplandor dorado.
Y, sin dudarlo ni un segundo más…
Saltó a la batalla.
....
Las lanzas se detuvieron en el aire.
"¿Hmm?" Cocolia emitió un sonido bastante sorprendido.
Una expresión de sorpresa apareció en el rostro de Aleph antes de ser reemplazada por una de puro alivio.
"Esta bien. Ella esta bien." Murmuro, incluso con el dolor recorriendo su cuerpo se permitió sonreír un poco.
Cocolia dejó de prestarle atención a Aleph, sus manos se apretaron mientras veía a Stelle.
"... Veo que la conservación ha hecho su elección."
Aleph soltó una carcajada luego de escucharla, incluso mientras la sangre salía por su boca no detuvo su risa.
"¿Que... es eso que escucho... allí, son acaso... celos?" La mirada que le dirigía a Cocolia no contenía más que burla y desdén. "¿Eh? ¿Eh?... Si yo estuviera en tu posición realmente me sentiría bastante patético."
El poder Cocolia lleno el lugar, su ira era palpable ante las burlas del chico.
"Ustedes... ¡No saben absolutamente nada del tormento de este mundo, de cuánto intente detenerlo!" Había una ira inconfundible en aquella voz distorsionada que solo aumentó la risa de Aleph ante sus palabras. "Deja de reirte, maldita alimaña."
"¡Aleph!" El grito preocupado de Stelle se escuchó.
Pudo ver cómo las lanzas heladas descendieron sobre él.
El Motor de la Creación movio su otro brazo para dejarla subir y la acerco a donde se encontraban Aleph y Cocolia.
"Que tus restos se pierdan en la nieve, idiota insolente."
Comentó Cocolia.
"Te... das mucho... crédito imbécil." La voz de Aleph se escuchó y tanto Stelle como Cocolia se sorprendieron al verlo aferrándose al costado de lo que parecía ser un hombre mitad caballo. "Nappea... si eres tan... amable."
Aleph se soltó del Centauro y cayó al suelo una vez más.
Maldiciendo por lo bajo suspiro sabiendo que ya no podía esconder la existencia de sus demonios, pero al fin y al cabo de que importaba.
Su uso había salvado su vida.
Una chica de ropa azul y cabello rosa se manifestó en un destello azul claro.
"A la orden, Maestro." Y con el uso de varios Dia sucesivos su salud se recuperó a un punto aceptable.
Stelle aterrizó a su lado, y le extendió una mano que el tomo sin vacilación.
"Comienza la segunda ronda."
Pronto Aleph comenzo nuevamente a absorber la energía del Stellaron, pero esta vez de una forma más controlada.
El bate una vez más estallo en energía blanca-azulada.
La lanza en las manos de Stelle comenzo a emitir una energía ardiente.
Con una orden al Motor de la Creación, Stelle los bajo a los dos al suelo.
Cocolia apretó los dientes y se alejó volando del robot.
"¡El poder del Stellaron esta conmigo, ustedes solo son la lucha agonizante del viejo mundo antes de su colapsó!"
...
El aire vibraba con energía caótica mientras la batalla alcanzaba su punto crítico.
Cocolia flotaba en el aire, la distorsión a su alrededor hacía que la realidad se torciera como, 7 de Marzo abrió se sorprendió al notar el atributo del ataque que preparaba.
"¡Es "imaginary", pase lo que pase no dejen que los toque!" Grito mientras se acercaba con los demás.
Frente a ella, Stelle y Aleph se preparaban para el enfrentamiento final.
El Motor de la Creación, se alzaba tras ellos, su gigantesca estructura metálica brillando con el resplandor ámbar de la Conservación.
"Creen que pueden desafiar el orden del Stellaron." murmuró Cocolia con una voz que resonaba como múltiples ecos. "Pero su lucha no es más que una chispa fugaz en la tormenta del destino."
Stelle no dijo nada. En su lugar, apuntó con su lanza.
El metal de la alabarda resplandeció con una energía cálida, y el Motor de la Creación respondió a su llamado.
"Entonces que esa chispa sea suficiente para reducirte a cenizas." replicó Aleph con una sonrisa, alzando el bate recubierto con la energía que estaba robando del Stellaron.
El grupo entero se movilizó.
Bronya abrió fuego desde la retaguardia, sus disparos precisos impactando en la barrera de energía de Cocolia, debilitándola con cada ráfaga.
7 de Marzo se posicionó a su lado, disparando flechas heladas para frenar los movimientos de los monstruos del fragmentum que se acercaban para apoyar a Cocolia.
Dan Heng se movió con velocidad, lanzando cortes de viento que desviaban las ráfagas de energía oscura que Cocolia disparaba.
Seele, como una sombra, se desvanecía y reaparecía detrás de Cocolia, asestando cortes rápidos que la obligaban a mantenerse en movimiento.
Stelle, con un solo gesto, hizo que el Motor de la Creación atacara.
El coloso mecánico lanzó un puñetazo titánico contra Cocolia, obligándola a esquivar en el aire. Pero antes de que pudiera contraatacar, Stelle ya estaba sobre ella.
Su lanza brilló y una llamarada se manifestó a su alrededor, el fuego rodeó a Cocolia mientras Stelle se lanzaba contra ella.
¡CLANG!
El arma impactó contra Cocolia, rompiendo parte de su armadura cristalina y provocando una explosión de energía que la hizo tambalearse.
Aleph aprovechó la oportunidad.
Su absorción de energía se intensificó, drenando el poder del Stellaron con una agresividad creciente.
Cocolia sintió la pérdida inmediata.
"¡Maldito…!" siseó, sintiendo cómo su conexión con el Stellaron comenzaba a debilitarse.
Pero antes de que pudiera enfocarse en él, Stelle ya estaba de vuelta, su lanza girando en el aire antes de impactar nuevamente contra su objetivo.
Cocolia chasqueó los dedos, generando una ola de hielo que amenazó con engullir a Stelle.
Pero el Motor de la Creación se interpuso en el ataque, bloqueando la embestida con su colosal brazo.
"¿Usas mi propia arma en mi contra…?" Cocolia apretó los dientes. "¡Inaceptable!"
Con un grito de furia, lanzó una esfera de energía pura contra el Motor de la Creación, buscando destruirlo.
Pero Aleph apareció de la nada. A medida que absorbía la energía del Stellaron sus estadísticas crecían a un ritmo cada vez mayor.
Golpeó la esfera con el bate, redirigiéndola hacia el cielo donde explotó inofensivamente.
"Si tanto te molesta, ¿por qué no tratas de recuperarlo?" se burló con una sonrisa.
La ira en los ojos de Cocolia se intensificó.
Pero entonces, sintió algo más.
Su conexión con el Stellaron… se debilitaba aún más.
Aleph había continuado absorbiendo su energía sin descanso, drenándola como un parásito insaciable.
Cocolia lo sintió.
El poder que le permitía mantenerse por encima de ellos…
Desvaneciéndose.
"¡No… NO!"
Desesperada, reunió el resto de su poder y comenzó a concentrarlo en su cuerpo.
Pero el final ya era inevitable.
Un resplandor ámbar la envolvió por completo.
La lanza en manos de Stelle brilló con más intensidad.
Y entonces lo supo.
Era el momento.
"¡Aleph!" gritó.
Aleph, aún con la mirada fija en Cocolia, asintió.
"¡Hazlo!"
Stelle saltó.
El Motor de la Creación respondió a su voluntad.
El coloso movió su brazo, impulsándola aún más alto en el aire.
Con su lanza lista, Stelle descendió con toda la fuerza de la Conservación.
El arma se encendió en llamas ámbar mientras perforaba el pecho de Cocolia.
¡BOOM!
Una explosión de energía dorada iluminó el campo de batalla.
Cocolia gritó.
El poder del Stellaron que la empoderaba se dispersó en el aire.
Cocolia en su forma normal cayó en el suelo con un ruido sordo.
Arrodillada en el suelo su mano sostenía una esfera dorada brillante, un haz de luz azul la cubría.
"El Stellaron..." Murmuro mientras era cubierta por la energía. "Se suponía que debía cumplir mi deseo... ¿Por que?"
Con la poca fuerza que le quedaba intento forzar el Stellaron en su pecho.
La desesperación era la única emoción visible en su rostro. Ni siquiera pudo mirar a Bronya quien corria hacia ella para sacarla de allí.
"¡Madre!"
Seele actuó rápidamente y le impidió acercarse más.
Viendo esa escena, Aleph chasqueó su lengua con disgusto.
"Esto definitivamente me va a doler."
Pensó mientras usaba su máxima velocidad para meterse en aquel destello azul, la sorpresa se hizo visible en el rostro de todos cuando lo vieron.
Aleph chocó con Cocolia y a pesar de que esta última se resistió el chico finalmente pudo quitarle el Stellaron de las manos.
Cocolia apretó los dientes con ira y lágrimas en los ojos, en un arrebató tackleo a Aleph y terminó hundiendo el Stellaron en su pecho.
Aleph finalmente la empujó aún lado mientras un grito de dolor escapaba de su boca.
Un resplandor dorado lo envolvió.
Bronya y 7 de Marzo, taparon sus bocas con expresiones horrorizadas.
Stelle miro el destello dorado con preocupación y un velo fruncido, mientras que Seele apretó los dientes y su agarre sobre Bronya.
Dan Heng fruncio el ceño y apartó la mirada.
Unos cuantos minutos pasaron y pronto el destello se desvaneció.
El alivio inundó las miradas de todos al ver a un Aleph confundido sentado en el suelo con el cabello más largo y con un cuerpo un poco más grande.
"... ¿Que demonios me paso?"
Murmuro mientrs veía sus cambios. Aun con la lanza en la mano Stelle se acercó y le dio un abrazo.
Aun confundido Aleph simplemente le dio unas palmaditas en la espalda antes de que ella se alejará.
"¿Estás bien?"
Aleph parpadeó un par de veces antes de asentir lentamente.
"Sí, eso creo."
Stelle suspiró aliviada y se puso de pie. Entonces, extendió la mano con una expresión seria.
"Bien. Ahora… devuélveme mi bate."
Aleph miró su mano vacía, luego el bate que aún sostenía en su propia mano.
Se quedó en silencio unos segundos.
Después, la miró fijamente.
Luego, miró el bate.
De nuevo a Stelle.
Luego al bate otra vez.
Y en ese momento, tomó una decisión.
"¡No! ¡Él es mío ahora!"
Abrazó el bate como si fuera un tesoro invaluable y salió corriendo en la dirección opuesta.
Stelle, por un momento, se quedó completamente congelada en su lugar, como si su cerebro se hubiera detenido tratando de procesar lo que acababa de pasar.
Luego, un tic apareció en su ojo y su expresión se transformó en pura furia, soltó la lanza en su mano como si fuera un objeto sin valor.
"¡Devuélvemelo, ladrón!"
Sin perder un segundo, se lanzó a perseguirlo.
"¡Jonathan, mamá va a salvarte!"
Aleph corrió aún más rápido, sin soltar el bate ni por un instante.
7 de Marzo, viendo la escena, se cruzó de brazos y frunció el ceño con genuina confusión.
"Espera, espera, espera. ¿Por qué alguien le pondría nombre a un bate? Y sobre todo… ¿Por qué demonios 'Jonathan'?"
"¡Ahora es Steve, maldita sea!"
Dan Heng, que había estado observando todo en silencio, suspiró y le lanzó una mirada inexpresiva.
"¿En serio es eso lo que te importa?"
A la distancia, Bronya estaba arrodillada junto a Cocolia, asegurándose de que estuviera estable. Pero cuando levantó la vista y vio a Stelle y Aleph persiguiéndose por el campo de batalla como dos niños de primaria peleando por un juguete, su cerebro simplemente se apagó por un momento.
... ¿Enserio eran estos los héroes que habían salvado Belobog?
Seele, con una gran sonrisa, decidió agregar más caos a la situación.
"¡El que lo encuentra se lo queda, Aleph! ¡Corre más rápido!"
7 de Marzo se puso del lado de Stelle,pregunta sin una sombra de duda.
"¡Vamos, Stelle! ¡Castiga al ladrón!"
Aleph gruñó y abrazó el bate con más fuerza.
"¡Nunca me atraparás con vida!"
Bronya, después de ver el espectáculo por unos segundos, simplemente bajó la cabeza y se masajeó las sienes.
"…No sé qué está pasando, pero estoy demasiado cansada para preguntar."
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Omake: Error del Sistema - Parte 2: Preludio del Caos
Acto 1 – Welt: Mejor aquí corrió que aquí murió
Aleph se encontraba en la habitación de Welt dentro del Expreso Astral, sentado frente a él con una expresión algo incómoda. Welt, por su parte, lo observaba con su usual calma, aunque su mirada era más analítica de lo normal.
"Voy a ser directo, Aleph."
El chico tragó saliva. Eso nunca era buena señal.
La última que lo miro así fue cuando trato de analizar por que él y Stelle se sentían tan extrañamente a gusto cerca de los botes de basura.
"¿Qué pasó exactamente con 7 de Marzo en la cafetería?"
Aleph parpadeó.
"¿Eh? ¿Qué quieres decir?"
Welt entrecerró los ojos.
"La forma en la que reaccionó cuando hablaste con ella. No fue normal. 7 de Marzo la mayoría del tiempo es bastante despreocupada, pero hubo un momento en el que su expresión cambió. Fue algo más."
La expresión de Welt se tornó extraña por unos momentos mientras se estremecia, de alguna manera la experiencia con 7 de Marzo podría haber hecho que despertaron algunos recuerdos desagradables.
Aleph sintió un pequeño escalofrío. Ahora que lo mencionaba, sí, hubo un instante en el que ella pareció… ¿distante? Pero, en su defensa, el sistema lo había tomado por sorpresa en ese momento, así que no prestó mucha atención.
"Tal vez fue solo coincidencia." Se encogió de hombros. "No creo que sea para tanto."
Welt suspiró.
"Por lo general, diría lo mismo… pero tengo la sensación de que algo más está ocurriendo."
Antes de que Aleph pudiera responder, su sistema lo interrumpió con una notificación.
[¡Oportunidad de Interacción Detectada!]
[Selecciona tu respuesta:]
> A) "No fue nada, probablemente estoy imaginando cosas."
>B) "No estoy seguro, pero tampoco quiero meterme en problemas."
>C) "Tal vez… ¿quieres hablar de algo más personal, Welt?"
>D) "Te hare soltar la verdad, Welt Yang ¡Enseñame como conquistar chicas!"
Aleph sintió un tic en el ojo.
"¿Por qué demonios esto está activándose con Welt ahora?"
Welt arqueó una ceja.
"¿Ocurre algo?"
"Eh… nada, nada." Aleph agitó las manos, tratando de ignorar la molesta pantalla flotante frente a él.
Finalmente, suspiró y seleccionó la opción A.
"No fue nada, probablemente estoy imaginando cosas."
Welt no pareció convencido, pero tampoco insistió.
"Si eso crees… aunque, por si acaso, ten cuidado. No quiero que esto termine en un problema mayor."
"Sí, sí, lo tendré en cuenta."
Justo cuando pensaba que la conversación había terminado, una nueva notificación apareció.
[¡Próxima oportunidad de afinidad detectada!]
Aleph frunció el ceño.
"… ¿Qué?"
Welt lo miró con curiosidad.
"¿Algo más?"
Aleph se puso de pie de inmediato.
"¡Nada! Solo que… ¡me acabo de acordar de algo importante! ¡Nos vemos, Welt!"
Y sin darle oportunidad de decir nada más, se marchó a toda prisa.
Welt lo observó irse con una expresión neutral.
Luego suspiró, cerró los ojos por un momento y se recargó en su silla.
"...Voy a necesitar café para esto."
********
Acto 2 – Charla de chicos
Aleph nunca pensó que terminaría en un sauna con Gepard Landau.
Pero ahí estaba.
Sentado en una banca de madera, con solo una toalla rodeando su cintura, mientras el vapor llenaba la habitación. Frente a él, el Capitán de la Guardia de Belobog se mantenía firme, con su físico impecable y su expresión calmada.
"Jamás pensé que fueras de los que disfrutan esto," comentó Gepard, cruzando los brazos.
Aleph se encogió de hombros.
"Bueno, hay una primera vez para todo."
No iba a admitir que quería aprovechar la oportunidad para finalmente aclarar el malentendido sobre su relación con Serval, que ella siempre dijera estar ocupada cuando el comentaba lo de decirle la verdad a Gepard tampoco ayudaba.
[¡Evento de Interacción Especial Desbloqueado!]
[Selecciona tu respuesta:]
> A) "Tus músculos son geniales. Me gustaría tener unos iguales."
>B) "Este ambiente es perfecto para una charla entre hombres."
>C) "Nunca imaginé verte sin armadura, Capitán."
Aleph observó las opciones con un tic en el ojo.
"¿Por qué siempre me ponen en estas situaciones?"
Resignado, eligió la opción A.
"Tus músculos son geniales. Me gustaría tener unos iguales."
Incluso sin las opciones lo más probable es que hubiera dicho lo mismo, Gepard tenía unos músculos increíbles.
Gepard se quedó en silencio por un momento.
Luego, se rascó la nuca con un gesto algo avergonzado.
"¿Ah? Bueno… no es como si fuera algo especial."
Aleph arqueó una ceja.
"¿Cómo que no? Se nota que entrenas bastante."
El capitán suspiró.
"La verdad, no suelo recibir este tipo de elogios. Los otros guardias dicen que mi físico es… intimidante."
Aleph parpadeó desconcertado.
"Espera, ¿en serio?"
Gepard asintió con una leve sonrisa.
"Sí. Normalmente vengo solo a lugares como estos porque muchos evitan acompañarme. Dicen que se sienten pequeños a mi lado."
Aleph soltó una carcajada.
"Eso es una tontería. Deberían entrenar más si no quieren sentirse así."
Gepard sonrió, asintiendo levemente.
"Tal vez tengas razón."
En ese momento, Aleph recibió otra notificación.
"Oye, Aleph." Gepard se estiró y luego lo miro con curiosidad. "¿Aun peleas con los puños?"
"Si, no importa si aprendo a usar un arma lo más probable es que no pueda sacarle mucho provecho al ser un completo principiante, tampoco creo tener talento con el combate armado. Deberias haber visto la cara de 7 de Marzo y Dan Heng aquella vez que trataron de enseñarme a usar sus respectivas armas, por otro lado si bien no tengo una base muy buena para la pelea mano a mano. Sigue siendo más viable para mi que aprender a usar un arma desde cero."
"Ya veo." Gepard asintió como si lo encontrará razonable. "¿Te parecería bien si te enseño un poco del combate mano a mano?"
"¿Enserio? ¡Seria increíble!"
[¡Afinidad con Gepard ha aumentado!]
[¡Habilidad de Defensa Mejorada!]
Aleph cerró los ojos con satisfacción.
"Perfecto. No solo me acerque más un amigo, sino que también aprendí algo útil... Aunque por alguna razón siento que me olvide de algo."
Se puso de pie, secándose el sudor.
"Bueno, fue un buen rato. Nos vemos luego, Gepard."
Sin notar cómo Gepard lo miraba mientras se iba.
Con una expresión algo complicada.
***********
Acto 3 – Pijamada en el Expreso Astral
Aleph tenía muchas expectativas sobre cómo sería una pijamada en el Expreso Astral.
Pero jamás pensó que involucraría esto.
"…Dime que estás bromeando," murmuró Dan Heng, mirando su reflejo en una de las ventanas del tren.
Su pijama de dragón verde no tenía absolutamente nada de la seriedad de sus ropas habituales, en todo caso solo lo hacía verse y sentirse ridículo.
Aleph, por su parte, estaba completamente satisfecho con su pijama de mapache.
"¿Por qué te quejas? Son bastante cómodos."
Dan Heng lo fulminó con la mirada.
"Eso no es el problema."
A su lado, Welt Yang suspiró, ajustando las mangas de su pijama.
Un pijama que, extrañamente, se parecía demasiado a Pom-Pom.
"Esto es lo que obtenemos por perder una apuesta con 7 de Marzo y Himeko."
Aleph asintió con gravedad.
"El precio de la derrota es cruel."
Dan Heng bufó.
"No debí aceptar ese maldito juego de cartas…"
[¡Evento de Interacción Especial Desbloqueado!]
[Selecciona tu respuesta:]
> A) "Bueno, ya estamos aquí. Aprovechemos el momento."
>B) "La dignidad masculina se fue por la borda con estos pijamas ¿Por que no vas más lejos y te pruebas la ropa de 7 de Marzo, Dan Heng?"
>C) "Dan Heng, el verde te queda bien."
Aleph dudó por un momento.
Luego, con una sonrisa traviesa, eligió la opción C.
"Dan Heng, el verde te queda bien."
Dan Heng se detuvo.
Se giró lentamente, con una mirada neutral, pero con una leve contracción en el ojo.
Welt apenas pudo contener su risa.
"…Voy a fingir que no escuché eso," murmuró mientras usaba la capucha para cubrirse el rostro.
Aleph se encogió de hombros.
"Solo digo la verdad."
Y así, comenzó la noche.
Primero, vieron algunas películas.
7 de Marzo les había dejado un par de recomendaciones… y todas eran ridículamente cursis.
Dan Heng casi se va cuando comenzó una escena de confesión bajo la lluvia.
"¿Por qué estamos viendo esto?"
"Porque es lo único que 7 de Marzo dejó en la biblioteca del tren," respondió Welt con resignación.
Aleph solo vio en silencio.
¡Esta era su verdadera técnica definitiva entrenada arduamente en la secundaria bajo la tutela de su no tan amable profesor de matemáticas!
Dormir con los ojos abiertos.
....
Luego, jugaron videojuegos.
"¡Vamos, Dan Heng! ¡Muévete, muévete, muévete!"
"¡Estoy moviéndome! ¡Tú cubre la retaguardia!"
Welt, mientras tanto, jugaba en silencio y ganaba todas las partidas sin esfuerzo.
Aleph y Dan Heng hicieron equipo solo para perder contra él.
Finalmente, tras horas de quejas y discusiones, decidieron dormir.
Las luces del tren se atenuaron, y el ambiente se volvió tranquilo.
Dan Heng, sin pensarlo demasiado, se acomodó en su futón.
Aleph hizo lo mismo, sintiendo el cansancio apoderarse de su cuerpo.
Pero antes de quedar dormido, recibió una última notificación.
Pero realmente no le dio mucha importancia mientraa bostezaba.
Parpadeó lentamente…
Se acurruco contra la cosa más calida que encontró antes de caer dormido.
.....
Dan Heng, todavía medio dormido, apenas se inmutó.
"... Mmm."
Aleph parpadeó cuando letras brillantes aparecieron frente a sus ojos interrumpiendo su sueño.
[Selecciona tu respuesta:]
> A) "Dan Heng es más cómodo de lo que esperaba."
>B) "Me siento tan seguro en tus brazos…"
>C) (Fingir que nada está pasando y seguir durmiendo.)
Aleph soltó un quejido y con un movimiento de su mano trato de mover aquellas letras brillantes.
Y sin darse cuenta, su dedo presionó la opción B.
"Me siento tan seguro en tus brazos…" murmuró antes de ver dormido una vez más.
Dan Heng abrió un ojo.
Lo miró por un instante.
Y en lugar de apartarlo…
Simplemente suspiró y cerró los ojos de nuevo.
"…Lo ignoraré por ahora," murmuró para sí mismo, volviendo a dormir.
El sistema ya no hizo ningún ruido.
Pero Aleph recibiría una sorpresa mañana.
Cuando despertara y descubriera que Dan Heng no lo apartó en toda la noche.
*******
Acto 4 – Hora de Picnic
Después de la pijamada en el Expreso Astral, Aleph pensó que tendría un día incómodo.
Pero afortunadamente ese no pareció ser el caso.
Una sonrisa se abrió pasó en su rostro cuando vio el mensaje de Clara invitándolo al Picnic que habia organizado con ayuda de Svarog y otros robots de la base.
Aleph se encogió de hombros.
"Bueno, un descanso no suena mal."
Y así, luego de un relajante baño caliente y un cambio de ropa más cómodo se dirigió a la Ciudad Superior.
Mmm ¿Tal vez podría aprovechar el momento y más tarde ir con Bronya anteriormente al nuevo cafe que había mencionado anteriormente?
********
El picnic estaba en marcha.
El clima era sorprendentemente agradable para estar en Belobog.
Las mesas estaban llenas de comida, y la gente reía y charlaba con tranquilidad.
Clara lo recibió con una sonrisa brillante.
"Aleph, ¡viniste!"
Aleph sonrió y acarició la cabeza de la niña.
"Claro, no me perdería esto."
Svarog, que estaba de pie junto a ella, asintió.
[Conforme. Su asistencia mejora la estabilidad del evento en un 15%.]
Aleph parpadeó.
"Uh… gracias, supongo."
Clara tiró suavemente de su brazo.
"Ven, tengo un lugar especial preparado."
Aleph la siguió sin sospechar nada.
Pero entonces, sintió un escalofrío recorrer su espalda.
Como si alguien—o varias personas—lo estuvieran observando.
Cuando miró a su alrededor, vio a 7 de Marzo, Seele y Bronya sentadas juntas en una mesa.
Y todas lo estaban mirando.
Aleph tragó saliva.
"¿Por que siento que algo anda mal?"
Pero antes de que pudiera hacer algo al respecto, Clara lo llevó a un pequeño cobertizo de almacenamiento junto a la zona del picnic.
"Necesito mostrarte algo."
Aleph levantó una ceja.
"¿Aquí?"
Clara asintió.
"Sí. Solo un momento."
Sin sospechar nada, Aleph entró al cobertizo.
Clara lo siguió…
…Y cerró la puerta detrás de ellos.
Aleph parpadeó.
Clara lo miró con una expresión inocente.
"¿Sabes? Hay muchas historias que me gustan."
Aleph sintió que algo estaba mal.
"¿Huh?"
Clara sonrió dulcemente.
"Déjame contarte algunas."
Y así, sin saber cómo, Aleph quedó atrapado en un armario con Clara…
…Mientras en el exterior, tres chicas comenzaban a buscarlo con miradas nada amistosas.
FIN?
Acto Extra: Cuentos Inocentes
El interior del cobertizo estaba iluminado solo por un pequeño farol de aceite.
Clara, sentada cómodamente en el suelo junto a Aleph, sostenía un libro de aspecto bastante nuevo entre sus manos.
"Son cuentos que Svarog encontró para mí." Dijo con una sonrisa cálida. "¿Quieres escuchar uno?"
Aleph, aunque algo desconcertado por la situación, no vio ningún problema en ello.
"Seguro, ¿de qué tratan?"
Clara pasó sus dedos por las páginas amarillentas.
"Son historias sobre encuentros entre personas destinadas a estar juntas."
Aleph asintió, sin verle lo malo.
"Suena interesante. Adelante."
Clara comenzó a leer.
El Guerrero y la Sacerdotisa
En un mundo donde la nieve nunca dejaba de caer, un guerrero errante conoció a una sacerdotisa de ropajes blancos y ojos de rubí.
Ella le enseñó que la verdadera fortaleza no venía solo del poder, sino del deseo de proteger a quienes amas.
"Con el tiempo, se volvieron inseparables." Explicó Clara con una sonrisa. "A pesar de que el guerrero nunca se dio cuenta de sus propios sentimientos… hasta que casi la perdió."
Aleph asintió.
"Es una historia bonita."
Clara lo miró de reojo.
"Sí… aunque a veces las personas pueden ser un poco distraídas, ¿no crees?"
"Ni que lo digas, todavía recuerdo el incidente de Stelle en los vestuarios femeninos o 7 de Marzo vs Sparkle."
Poco después de la charla Clara procedio a contar un segundo cuento.
El Príncipe y la Forajida
Un príncipe de cabello gris y ojos dorados viajó en busca de aventuras.
Durante su travesía, encontró a una joven forajida con una melena blanca y ojos rojos como el fuego.
"Al principio, ella no confiaba en él." Clara explicó en voz baja. "Pero con el tiempo, se dio cuenta de que él era diferente."
El príncipe, sin darse cuenta, le robó el corazón.
"Aunque… nunca se dio cuenta de cuánto significaba para ella."
Clara suspiró, cerrando el libro por un momento.
"¿No crees que a veces los chicos pueden ser muy lentos para notar estas cosas?"
Aleph asintió, recordando aquella vez en donde apostaron con Aventurino quien lograba conseguir más atención de mujeres en esa noche, Dan Heng tuvo un desempeño espectacular hasta un punto en que él y Aventurino se sorprendieron pero el idiota parecía no haberse dado cuenta de principio a fin de que las mujeres se le insinuaban.
"Sí, supongo que hay gente que es así de despistada."
Clara lo miró por unos segundos… y luego sonrió con ternura.
"Sí… supongo que sí."
Pronto llegó el momento del tercer cuento.
El Vagabundo y la Chica del Invierno
Un joven viajero llegó a una aldea cubierta de nieve que jamás parecía dejar de caer.
Allí, conoció a una chica con el cabello blanco como la nieve y ojos rojos como el amanecer.
"Él no tenía un hogar, y ella siempre había estado sola." Clara leyó en voz baja.
Poco a poco, comenzaron a pasar más tiempo juntos.
El joven le enseñó a sonreír, y la chica le mostró que el frío no era tan malo cuando tenías a alguien a tu lado.
"Al final… el viajero se dio cuenta de que la nieve nunca había sido fría."
Aleph sonrió.
"Bonita historia."
Clara cerró el libro con suavidad.
"Sí…" murmuró.
Luego, sin previo aviso, apoyó su cabeza en el hombro de Aleph.
"Son historias lindas, ¿verdad?" Susurró con una pequeña sonrisa.
Aleph parpadeó.
"Sí, bastante."
Clara cerró los ojos.
"Tal vez… algún día haya una historia como esa en la que yo sea la protagonista."
Aleph, completamente ajeno al significado de sus palabras, simplemente asintió.
"Seguro que sí."
Clara sonrió.
Y mientras él miraba hacia la puerta, preguntándose cuánto tiempo más estarían allí…
…no notó cómo ella se acurrucaba un poco más en su brazo.
"Sabes." Clara levanto la vista y Aleph puedo ver que su cara estaba un poco roja.
¿Acaso tenía fiebre?
"Y-Yo escribi esos cuentos ¿Que opinas?"
Aleph sonrió.
"Fueron realmente buenos."
"¿D-De verdad?"
"Si."
Clara sonrió brillantemente y froto su mejilla contra su brazo.