Caída. Parte. – 3.

Estando en un día sábado Joan se encontraba alterado, nervioso e inquieto, no tenía la forma de pedirle a Estefanía que salieran a algún lado sin que se lo tome como una cita.

Cansado de sí mismo y de dudar decide llamarla y decirle en forma automática lo que quería, lo hace, pero inmediatamente que ella contesta él corta, fue un impulso a causa de sus nervios, se ahogo en sus pensamientos.

Rápidamente recibe un mensaje de ella preguntado lo sucedido, él le pregunta si le gustaría salir, a lo cual a los pocos segundos recibe su respuesta, dando inicio a una cita, que para ninguno de los dos lo era.

Joan estaba con una sonrisa brillosa que resaltaba en su cuarto a poca luz, los ojos se cristalizaban por la emoción, una leve presión en el pecho le hacía recordar que estaba vivo, que estaba despierto, esta felicidad lo invadio por completo que hizo que le comentara a Nicolás lo que habia sucedido.

Joan se encontraba sentado en una banca mirando a un punto fijo, estaba conteniendo su enojo, no le fue tan bien, ya que se reflejaba en su rostro.

—¡¿Porque?!.

—Quería ver cómo le confesabas.

—¿Confesar qué? No iba hacer nada Nicolás.

—Me dijiste Nicolás.

—¿Asi te llamas, no?

—Igual suena raro cuando lo dices asi, con esa cara.

Ellos se quedan discutiendo, cuando Joan se da cuenta que Estefanía venía, la emoción se apodera de él, pero todo en su mente se apaga cuando ve que ella venia con Camila, Karen y Nicol, al llegar todos se saludan.

Nicol lo toma del brazo a Joan y lo aleja de los demás, para tener la sensación de privacidad.

—¡¿Me puedes decir que hace ella aqui?!

—No sé, yo quería salir a solas con ella y todos ustedes aparecieron.

—¿A solas? ¿Que tenías en mente?

—Nada, solo quería pasar tiempo con ella, nada más.

—¿Enserio que nada más?.

—Si. ¿Podrías dejar de mirarme con esa cara de pervertida?.

—Okay, será mejor que tengas cuidado con esa chica, hay algo que no me gusta de ella.

—¿A quién refieres ?.

—A esa chica, la que está al lado de anteojos.

—¿Camila?.

—No, la que está al lado de la chica con anteojos.

—Por eso, se llama Camila.

—Bueno, nosé cómo se llama, si, esa misma.

Ellos comienzan a recorrer el parque en busca de un lugar cómodo, al encontrarlo se sientan y acomodan sus cosas, empiezan a hablar, era un clima cálido, el ambiente se llenaba de palabras y risas, Joan ve a Estefanía con una sonrisa casi ciega, se siente orgulloso de ella, ya qué pasó de estar sola y criticada, a estar rodeada de amigas y ser aceptada tal y como ella es, sin prejuicios.

Joan comienza a sentirse incomodo, le molestaba sentirse observado, empieza a mirar a su alrededor y se encuentra con la mirada de Camila, ella asustada baja su mirada y comienza una conversación forzosa con Karen, él dejó de sentirse incomodo, Nicol lo mira desde unos metros con una mirada que fácilmente lo decía todo, él le responde con un gesto estirando sus labios hacia los costados.

Las horas pasaron volando, ya estaba oscureciendo y era peligroso quedarse ahí, todos se ponen de acuerdo y van a cenar.

Llegan haciéndose notar por sus peculiares risas que llenaba cada rincón del lugar vacío y silencioso, toman asiento y Camila empuja a Karen que estaba por sentarse al lado de Joan,le quita el lugar a su prima, tratando de simular lo mas que podia la escena, para que nadie se sienta incómodo y sospecharan de sus intenciones.

—¿Porque le quitaste el lugar a ella?.

—Perdón Nicol que hayas tenido que ver esa situación, pero ella me dijo que quería sentarse con Estefanía, y si llegara a estar sola entre dos chicos pasaría vergüenza.

Nicol la mira raramente, sin creerse nada de lo que ella intento explicar, no lleno ningún vacío de dudas, es más, creo más inquietudes.

Los minutos pasaron rápidos, casi todos los platos posados en la mesa estaban vacíos, todos se relajan rescostandose sobre sus sillas para aliviar el peso que habían cargado, Camila se levanta con el sonido de su celular y se va hacia afuera.

Luego de unos cuantos minutos sin su presencia todos habían olvidado que ella se había ido, el ambiente era tan comodo para todos, que era fácil distraerse y olvidarse por completo de la realidad

Nicol agarra del brazo a Joan.

—¿Me acompañas a fumar afuera?.

No le dio tiempo a responder, solo lo ayudo a levantarse y se lo llevó.

—¿Desde cuando fumas?.

—No tengo idea, creo que desde los seis, ¿Quieres?.

El rechaza la oferta.

—No fumo imbecil, solo quiero hablar de Estefanía.

Comienzan a escuchar una voz conocida, cegados por la curiosidad se acercan y se encuentran con Camila aún hablando por teléfono, Joan intenta irse pero Nicol lo agarra, impidiendo su salida.

Comienzan a escuchar su conversación, debido a que se la notaba alterada, enojada, frustrada, sus movimientos bruscos, sus pasos firmes, su tono de voz elevado, creaba preocupación en ambos.

Joan se sentía incomodo por espiarla, no le gustaba esa sensación en su pecho que le alertaba que estaba mal quedarse ahí, se encontraba fuera de su moral, de los principios de que sus padres les inculcaron de pequeño.

Logra convencerla de irse del lugar, con su fundamentos, Nicol accede debido al gasto mental que implicaba seguir soportando si se quedaban, ambos se quedan helados al oír sus palabras.

—Y a ti que te importa que yo utilice a Estefanía.

Quedan atónitos, ambos se acercan sigilosamente para oírla mejor, Nicol saca su celular y comienza a grabarla.

—¿Si mal no recuerdo usaste a Joan, o no te acuerdas? No me molestes, yo hago las cosas como quiero, a mi no me importa lo que ella sienta, solo es un puente para acercarme a Joan.

Se reía bajo la tenue luz que había fuera del local.

—No la soporto, es aburrida y rara, encima no me quiere decir nada sobre él, no sabes como la detesto, pero tengo que hacer sonrisa linda para acercarme más a él, es un precio caro que tengo que pagar para que me mire de la misma manera que yo.

Se queda en silencio escuchando a la otra persona detrás de aquel aparato inerte.

—No me importa, yo cuando esté bien y obtenga lo que necesite la voy a tirar.

—No te preocupes que la tengo a mis pies, claro, si nunca tuvo una amiga, a mi me considera una, es tremendo, no me molestes imbécil , yo hago lo que quiero. Chau.

Ella corta el celular y se da vuelta para entrar, pero se encuentra con Nicol y Joan.

—¿Desde cuando est...-

Nicol salía de aquel lugar que fue su escondite, la mira con odio, estaba a punto de estallar, su moral hacia que aún se mantuviera cuerda con los pies en la realidad.

—Escuchamos todo tonta, yo sabía que él te gustaba.

—Joan.

Ella intenta acercarse con su mano estirada, todo su cuerpo temblaba, los nervios se apoderaban de ella, sentía palpitaciones que no la dejaban respirar con tranquilidad, se sentía en una pesadilla, no podía ser cierto lo que estaba viviendo.

—Yo sabía que eras una víbora.

Ella comienza a mirarlos, poco a poco se iba quebrando, soporto hasta donde mas pudo, pero no era lo suficientemente fuerte para afrontar un momento asi, comienza a llorar, al darse cuenta de esto sale corriendo del lugar, dejando todas sus cosas.

Karen sale rapido del local para intentar frenarla pronunciando su nombre, pero no hace caso, ella mira a Nicol enojada y sale en la misma dirección que ella.

Estefanía, que habia salido junto a Karen, intenta hacer lo mismo, pero Nicol la detiene.

Joan la mira como vivió en una fantasía, todo lo que ella había logrado no era más que un acto montado, nada era cierto, sus conversaciones, sus abrazos, nada, solo era verdad todo el esfuerzo que Estefanía había puesto para conseguir tan solo dos amigas, que en realidad nunca las tuvo, la depresión y el odio se apoderaban de él, por dentro explotaba de ira, por fuera tenía un marco de tristeza que brillaba al mirarla, su cabeza se rebalsaba de preguntas, todo cambiaría una vez que el sol volviera a salir, una vez finalizada la noche el sueño acabará para a ella.

Alex M. Martínez.