5- Sombras del Pasado
—Bueno, eso es todo por el show. Es mejor que vuelvan a casa —dijo Kara mientras expulsaba a todos los civiles.
En realidad, no iba a hacer nada sangriento, solo quería que todos se fueran.
—Me pregunto si puedo hacerme pasar por una cazarrecompensas para cobrar el dinero por atraparte —comentó, mirando a Kuro, quien respiraba con dificultad y la observaba con una mezcla de miedo e ira
—. En realidad, no necesito el dinero… pero me gusta hacer sangrar un poco a la base de la Marina —añadió con una sonrisa mientras lo esposaba y luego lo lanzaba dentro del barco pirata.
luego de un rato. kara llevo a zoro a comer algo para cargar energías.
—¿Dónde estoy? —preguntó Coby mientras un doctor lo examinaba.
—Estás en Villa Syrup. Tus compañeros te están esperando en el restaurante de enfrente. No te preocupes, ya pagaron la consulta. Solo estuviste noqueado por un rato —respondió el doctor al ver que Coby estaba en buen estado.
—¿Mis compañeros? —repitió Coby, confundido. Luego, salió para ver quiénes eran esos supuestos compañeros, ya que lo último que recordaba era una mujer con la capa de justicia de la Marina antes de caer al agua y golpearse contra una roca marina.
Cuando entró al restaurante, reconoció de inmediato a la persona que podría ser su compañera. No era otra que la mujer que había visto antes de quedar inconsciente cuando Luffy lo lanzó.
—¿Hola? ¿Ustedes me trajeron aquí? —preguntó Coby, un poco asustado. Después de todo, estaba frente a desconocidos y la mujer que tenía enfrente llevaba sobre los hombros la insignia de rango de vicealmirante.
—Oh, despertaste. ¿Tienes hambre? —preguntó Kara, invitándolo a sentarse con ellos.
—S-Sí, gracias —respondió Coby mientras se tocaba el estómago. Después de todo, había estado inconsciente uno o dos días sin comer nada.
Luego de terminar su comida, se dio cuenta de que aún no sabía por qué estaba allí.
—Y-Yo soy Coby. ¿Puedo preguntar por qué estoy aquí, señora? —dijo con respeto.
—Bueno, cuando Luffy te lanzó por el aire, dijo que querías ser marine. Como estabas cerca, te trajimos con nosotros —respondió Kara con una sonrisa.
—¿Me dejarás unirme a la Marina? —preguntó Coby, sorprendido y emocionado.
—Claro. Mientras tanto, puedes ser aprendiz con el cabeza de algas de aquí —dijo Kara, señalando a Zoro, quien bebía tranquilamente sake.
—¿Aprendiz? —preguntó Zoro, arqueando una ceja.
—Claro. ¿O es que quieres ser vicealmirante apenas entres a la Marina? Como si fuera fácil —dijo Kara, mirándolo como si fuera un idiota—. Tienes que enfrentarte a piratas e incluso a tus propios compañeros idiotas para subir de rango.
Luego, se estiró y se levantó de la mesa. —No te preocupes. Mientras pasamos por el East Blue, cazaremos algunos piratas para que subas un par de rangos por lo menos. No quiero pasar vergüenza —dijo antes de marcharse.
Subir de rango en la Marina no era solo cuestión de acumular méritos. Había muchos oficiales corruptos que, además de ser envidiosos, ponían trabas a quienes ascendían limpiamente. Incluso con el apoyo de Garp, a Kara le había costado mucho esfuerzo llegar al rango de vicealmirante.
Lo primero que hizo al obtener su rango fue empezar a reunir pruebas contra los corruptos. Apenas tenía una prueba tangible, no esperaba órdenes: los atrapaba violentamente y los dejaba en la puerta de Sengoku.
Gracias a ello, la corrupción había disminuido cerca de Marineford. Ningún marine en su sano juicio se arriesgaba a cometer algún acto ilegal cerca de Kara, pues sabían que disfrutaba golpeando a los culpables una vez que los encontraba.
Obviamente, si sus crímenes eran graves, ni siquiera se molestaba en arrestarlos: simplemente los lanzaba al mar para que fueran comida de los Reyes Marinos. Aunque, por suerte, no muchos llegaban a ese extremo.
Su actitud descontrolada incluso la llevó a cazar nobles que cometían crímenes, lo que provocó numerosas quejas de reyes y aristócratas ante el Gobierno Mundial. Por eso, Sengoku decidió mantenerla en Marineford en su puesto actual.
A pesar de todo, los marines agradecían que Kara estuviera allí. Nadie quería que volviera a salir de cacería, ya que su presencia era desmotivadora incluso para los soldados honrados.
Finalmente, los tres abordaron el barco pirata que antes pertenecía a Kuro y zarparon nuevamente.
Zoro, completamente vendado gracias a la ayuda de Coby, se retiró a descansar mientras se recuperaba.
Luego de un buen descanso, Zoro empezó a despertar sintiendo el aire fresco en su rostro.
Kara, por su parte, estaba sentada leyendo el periódico.
—Despertaste, bella durmiente. Estaba pensando en tirarte un poco de agua salada para ver si reaccionabas —comentó sin levantar la vista mientras pasaba la página.
—Tsk. Eres bastante despiadada —gruñó Zoro, molesto por haber dormido tan poco.
Mientras tanto, Coby se dedicaba a recorrer el barco, limpiando todo lo que podía.
Navegando en alta mar y sin poder entrenar por al menos un día debido a sus heridas, Zoro decidió aprovechar la oportunidad para aprender más sobre su nueva jefa, por así decirlo.
—Entonces, esa habilidad tuya… ¿qué es? —preguntó mientras se sentaba tranquilamente.
Después de todo, con un solo estornudo, Kara había destruido el bote en el que viajaban. Además, recordaba perfectamente cómo el muro de la base de Morgan se hizo pedazos cuando la conoció.
—¿Mm? ¿Mi habilidad, eh? ¿Sabes lo que son las Frutas del Diablo? —preguntó Kara tranquilamente, dejando el periódico sobre la mesa a su lado.
—¿Esas frutas legendarias? ¿Tu poder viene de eso? —preguntó Zoro, intrigado.
—Para nada —respondió Kara, sacudiendo la mano.
—Entonces, ¿para qué las mencionaste? —gritó Zoro, molesto, pero volvió a sentarse al sentir el dolor de sus heridas.
—En realidad, mi habilidad es algo así como magia. La aprendí de un anciano playboy al que le gustaba meterse en problemas —dijo Kara, sonriendo al recordar sus días en su antiguo mundo.
Sí, Kara había renacido dos veces. La primera fue en Earth Land, donde, por coincidencia, nació como la hermana gemela de Cana. Aunque tenían cierto parecido, sus personalidades eran completamente opuestas.
A diferencia de su hermana, que no podía enfrentarse a su estúpido padre, Kara lo llevó directamente ante él y le propinó una patada mientras se presentaba. Todo el gremio quedó sorprendido, incluso Gildarts, que no se esperaba semejante reacción. Aun así, Gildarts aceptó hacerse cargo de sus dos hijas sin quejarse.
Bueno, "hacerse cargo" en su caso significaba básicamente dejarles dinero y luego desaparecer para seguir haciendo misiones.
Al menos esta vez, cuando volvía, lo primero que hacía era buscarlas y pasar unos días con ellas.
Durante ese tiempo, Kara insistió en que su padre le enseñara Crush Magic.
Al principio, Gildarts se negó, pero tras comprobar que su hija era compatible con la magia, terminó cediendo.
Mientras tanto, Cana, al igual que en la línea de tiempo original, prefirió la magia de cartas.
Ambas aprendieron rápidamente sus respectivas magias y se unieron oficialmente a Fairy Tail.
Kara vivió muchas aventuras junto a sus compañeros del gremio, llegando a convertirse en una de las magas de Clase S más fuertes, junto a Laxus y Gildarts.
Sin embargo, por precaución, decidió seguir el guion original de los eventos, interviniendo solo si algún miembro del gremio estuviera en peligro de muerte.
Luego llegó la prueba de Clase S, donde Kara fue una de las jueces mientras esperaban la llegada del Dragón Negro.
Se suponía que, después de que todos usaran su magia, la primera maestra del gremio activaría una de las tres grandes magias de Fairy Tail: la Fairy Sphere. Luego de eso, volverían tras siete años.
Pero cuando Kara vio el ataque del dragón y cerró los ojos esperando despertar después de la activación de la Fairy Sphere...
...lo siguiente que supo fue que había renacido como un bebé.
Y no solo eso. Ahora estaba en el mundo de One Piece.
Sin saber si la Fairy Sphere había fallado y todos habían muerto... o si solo ella había desaparecido.
Creció con la preocupación de no saber si su familia estaba bien.
Incluso en un punto pensó en salir al mar y buscar si alguno de los miembros del gremio había renacido como ella.
Cuando se unió a la Marina, utilizó todos sus recursos para buscar a personas con habilidades mágicas similares a las de los miembros de Fairy Tail, pero nunca encontró nada.
Eso la atormentó durante mucho tiempo.
Para mantener su mente ocupada, comenzó a cazar piratas sin descanso.
Pronto, su nombre se volvió sinónimo de terror en los mares.
Los piratas huían sin mirar atrás con solo escuchar que Kara estaba cerca.
Capturó a innumerables criminales, arriesgando su salud en el proceso, hasta que finalmente comprendió que su gremio no querría verla destruirse de esa manera.
Aun así, después de 28 años, sigue sin perder la esperanza. Tal vez, algún día, podría regresar.
O quizás encontrar a alguno de sus antiguos compañeros.
—Destruir no es lo único que hace. También puedo dividirme en cientos de mí pequeños… ¿quieres probar? —dijo Kara, cambiando de tema para ocultar la soledad en su interior.
—Paso —respondió Zoro de inmediato.
—Cobarde —murmuró Kara antes de retomar su lectura del periódico.
—----------------------------
Gracias por Leer
Queridos lectores,
Gracias por acompañarme en este viaje literario. Si disfrutan de mi novela y desean seguir leyendo, los invito a apoyar mi trabajo a través de Patreon y Ko-fi. Su contribución me permitirá continuar creando y compartiendo más capítulos emocionantes.
¡Espero contar con su apoyo y seguir brindándoles historias inolvidables!
patreon.com/c/YoDarki (Ya mas de 17 capítulos por delante)
ko-fi.com/yodarki