—Ling'er, déjamelo a mí.
El joven sonrió levemente, avanzando frente a la chica. Sus manos formaron sellos rápidamente, y una espada ancha de color negro azabache emergió, dividiéndose en cinco bajo su control.
—¡Corten!
Cuando su voz cayó, las cinco espadas anchas desgarraron el aire, desatando una poderosa aura de destrucción.
¡Pfft!
Donde pasaron las espadas anchas, el Dominio de Gravedad se rompió instantáneamente.
—¡Maldita sea!
El miedo brilló en los ojos de los cinco Reyes Dragón de Tierra. Este joven pudo romper su Dominio de Fusión en un instante, claramente algo que un Semi-Dios Marcial ordinario no podría hacer.
Ahora, sin su Dominio, el laberinto ya no podía abarcar a estos intrusos ni restringir su fuerza.
Era evidente que no podrían enfrentarse de frente a un poderoso Semi-Dios Marcial.
—¡Vámonos!
Los cinco Reyes Dragón de Tierra rugieron al unísono, girándose para huir.
—¿Creen que pueden escapar después de mi ataque?